lunes, 18 de diciembre de 2017

MARCOS AGÜERO (CÓRDOBA,1972)



Me gustaría que Mario Pereyra
manejara un taxi
le miraría un rato la nuca y los ojos por el espejo retrovisor
le pediría que me llevara hasta la verdad
Ahí lo quiero ver.


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No me molesta 
abrir tu frasco de mermelada
o juntar los vidrios de un vaso
que no pudiste retener
Me acostumbré a repetir
lo que digo
no pasa nada
un eco vive en nuestras charlas
En la sobremesa
me gusta sentarme a tu lado
sentir ese olor
coca que te trae la boliviana
bulto en tu mejilla
y yo
vecino de las hojas que te calman.


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Da un no sé qué
verla tan poeta
y lo bien que le sale
no saber que estoy aquí
Qué buena idea su edad y su camisa
la manera de beber y estar parada
qué buena idea que no ría
qué buena idea molestar su adiós tranquilo
y comprenderla
en algún lugar
donde lo único imposible
sea yo.



de Con vos las palabras son las cosas, Buena Vista Editora, Córdoba, 2017

Renée Fernández Lawson (Córdoba,1975)



Mi gin tonic - Andrés Calamaro



a Ovaldo Bossi

un gin tonic bastó
para que nos reconociéramos

desde entonces
casi todas las noches
me llega un sobrecito

sin ver el celular puedo saber que es él
que son la veintidós y treinta
y ha tomad el tren que lo lleva a su casa

un trago
el tren
un mensaje de texto

son atajos
suspenden la distancia

juro por todos los gin tonic del mundo
a la hora en que las palabras
encienden el espacio con sus buenos deseos

cierro los ojos
imagino su tren
y pido el mío



El oso - Moris

a Emilia y Gabriel Pérea Barberá


en medio de una conversación sobre otras cosas
le pregunto por su hija
mira la hora
marca un número y espera

aunque mínima
la anticipación lo hace temblar

a muchos kilómetros de acá
suena un teléfono
ella corre a atender

aunque no pueda verla
imagino su sonrisa
las estrellas encendidas en sus ojos
ella le pide que le cante la canción del oso
y él, la cara iluminada por una felicidad
que no le había visto nunca antes
se la canta

una y otra vez
una y otra vez

como si la canción
y la ternura del mundo
no tuvieran final


Zamba de Lozano - M. Castilla y C. Leguizamón

A Alejandro Orellana



cuatro de la mañana

estamos con los ojos chinos
de alcohol
de sueño

en un silencio íntimo
el Ale larga con la introducción
en la guitarra

uno de los amigos improvisa una caja

mi voz se suelta a correr por la senda
que van trazándole las cuerdas en el aire

al final de la zamba el Ale dice
estamos para grabar
y nos reímos

el cielo arriba
queda en el piso once
de la calle Jujuy



de Soundtrack, Buena Vista Editora, Córdoba, 2017





SOLEDAD VARGAS (SALTA,1982)



Hay salas de espera y sala de espera
En el umbral de algunas
no se distingue de qué lado queda la muerte
el dolor que oprime el pecho
no es suficiente para localizar
La señora viejita le dice al joven
que esto no es vida, mejor, dejarlo partir
Los que llegan tarde, están asustados
se llega a destiempo para no saber
Hay otra abuela más lejos que hace así
con los pies, y está firme
quiere ganar la visita de familiares directos
(ya preparó una crema para las piernas)
Estamos nosotras, profesionales
que creímos saber algo
Pienso que no sé nada
que me duele el pecho
no sé que tengo que ver
con la vida de algunas personas
mucho menos con la muerte
Dicen que cuando les hablás en terapia intensiva
ellos te oyen y a veces se agarran
querría saber eso
Me gustaría saber si ahora quiere vivir.



*****************************+


Allí somos lo que nunca quisimos ser
lo que nadie nos preguntó
el paisaje es más que una espera
con un ciego que vende cubanitos
el que abre la puerta mira el picaporte
el que mira la puerta no ve nada
¿Realmente creemos que en estas cajas
hay algo preparado para nosotros?
Una vez me acerqué tanto
que escuché a dos señoras hablando
pobrecita, tan joven y el estudio salió mal.



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Elucubraciones en la sala de espera


Subo el volumen de Juana Molina
No quiero escuchar a la señora que lee la biblia
Puedo pasar semanas enteras sin pensar en la enfermedad
No tengo suerte con él
Hay 50 personas que van a entregar su sangre antes que yo,
ninguna tiene esperanza
Qué bien le queda la sonrisa a las señoras de 40
El chico lindo que también espera,me sostuvo un  poco
la mirada. Parece turbado. Su papá sentado detrás de él.
No se hablan
¿El chico lindo estará enfermo?
Me vuelve el insomnio de anoche.
Alta complejidad es ,lo que se siente antes de abrir un sobre
de esos que entregan acá.
Pasaron los 50 tristes.
Es mi turno.

de Nosotros nos fuimos antes ,Buena Vista Editora, Córdoba, 2017

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Carlos Schilling (Sunchales,Santa Fe,1965)



Tres muertos


Él

Nosotros dos sabemos que murió
un canalla menor.Tenía edad
para seguir viviendo y estafando
a sus viejas amantes unos años
más. El breve obituario en el periódico
que odiaba resumía su existencia
literaria a tres libros de poemas
y una novela que ganó un segundo
premio municipal o provincia.
Vos sentías por él lo que yo nunca
sentí: respeto, amor, tal vez piedad,
aun cuando pensabas que sus versos
pulidos hasta la impotencia no
compensaban el tiempo derrochado
en componerlos. Si querés, ahora,
mandame tu dolor,encapsulado
en una lágrima;prometo serle
fiel por un día.


Vos


No revisé el poema que escribí
unos días después de tu velorio,
y ahora es tarde para corregir
su falta de distancia emocional,
legible en las palabras "breve ángel",
que dan pudor incluso entre comillas.
Supongo que el poeta adolescente
de la familia en duelo no podía
perderse la ocasión de ejercitar
su voz con un motivo tan sensible
como una prima muerta y recurrió
a la más popular de las criaturas
celeste...Perdoname, perdoname,
no he mejorad nada en estos años:
la sinceridad solo es un estilo
que se puso de moda y que practico
en casos de necesidad extrema.


Yo

Cuando te entreguen el certificado
de defunción, fijate  que mi nombre
y mi apellido estén escritos  sin
errores ortográficos. Si es cierto
que el destino depende de una letra,
sería injusto que la mano inepta
de alguna secretaria de hospital
provocara un desvío en ese viaje
al otro mundo y yo jamás pudiera
encontrar el camino de regreso
para ser tu fantasma.


de Ensayos de voz, Buena Vista Editora, Córdoba, 2017

Gustavo Caso Rosendi (Esquel,Chubut,1962)


-¿Por qué le tenés miedo
 a la oscuridad? No hay nadie ahí
-decías,mientras tu mano
intentaba soltarse de la mía.

Y ahora que estoy
mirando desde adentro,
corroboro tus dichos.
No hay nadie aquí.
Ni siquiera tu mano.

A eso le temía.
A que en la oscuridad
no hubiera nadie.


*******************

MI MAMÁ ME AMA
- me hicieron escribir en el cuaderno.

No sabía cómo explicarle a la maestra
que la realidad era un poco más compleja.


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Para crear un poema chino
nunca escribas "grulla"o"jade", ni
"loto"o "papel de arroz". Ni entornes
los ojos para intentar ver lo mínimo.
Tampoco es necesario que te prepares
un té y te disfraces con sedas coloridas,
ni que nombres alguna dinastía,
ni que viajes a China.

Sólo tenés que ser capaz de saltar
esa muralla que se ve desde la luna:
tu Gran Muralla
(erigida a base de clichés).

De lo contrario tu poema parecerá estar
escrito por un chino.Y lo que sería
aún peor,escrito en chino.



de Todos podemos ser Raymond Carver, PIXEL editora, La Plata, 2017

lunes, 27 de noviembre de 2017

NELSON SPECCHIA ( LAS BREÑAS,CHACO,1964)



Una lapicera verde

Cada mañana al borde del cuaderno
donde la pluma registraba el día
frente al curso, los niños y la fría
campana del patio dando el eterno
toque de las horas y los recreos:
Parker verde, verde y esmeralda, delgada
varita para la voz olvidada
que se oculta tras guardapolvos nuevos.
Lapicera de maestra de escuela,
hábito de vocales, redondillas
y renglón completo, hasta las orillas.
Hoy trazas con mi mano, aunque te duela,
versos vanos en hojas amarillas:
no sabrás, pluma, de cosas sencillas.


Una moneda de Diez

Proverbial caballito reducido
Al redondo de níquel de moneda:
Tu porte marcial de plaza va unido
Al general, la sombra y la arboleda.
Pobre dinero de metal bruñido:
un décimo de peso algo pagaba
en aquel pasado que ya es tiempo ido.
Caballito de trote vano, nada.
Pobre corcel militar ya sin honra.
Pretoriano custodio del centavo,
nada queda de tu porte gallardo:
de aquellos trotes no más una sombra;
de los sucios monederos, esclavo;
de las avaras propinas, bastardo.


De mi padre

Cuánto recelé las palabras, Juan,
en las horas que sólo no teníamos
uno al otro, sin lo que más debíamos
mostrar en sociedad. Mis ojos iban
hacia ti, mas mi voz iba al silencio,
sin comprender tu desdicha y el hielo
de los días del deber y el duelo.
Nadie llegó a percibir el cansancio
del rostro serio ni del porte grave,
salvo aquella madrugada de lástimas
en que perdimos la puerta y la llave,
el sentido, el polo norte y las próximas
palabras sin que Madre dé la clave.
Y fue tarde para todas las lágrimas.


de Ritos de paso, Alción Editora, Córdoba, 2017

lunes, 16 de octubre de 2017

FRANCISCO MADARIAGA (CORRIENTES,1927 - 2000)




Las rosas del estero



El ánima del tigre bebe el agua de
        las rosas del estero:
casi no-rosas en el extremo de lo silvestre,
rosas por mis caballos y por mí.



Resplandor



Alguna vez será memoria el padre,
entre cardos,albardones y lagunas.
Ese tropero ya no cantará con los
        ojos perdidos
en un ardiente terror.
Suavemente suyo será un resplandor
de infinitud.




Lluvia en  Las Pirquitas



Va a seguir siendo mía la lluvia cuando yo
        muera,
todo va a seguir siendo mío,
el trueno conservará intacto su sonido casi
       negro,
y el árbol a orillas del corral gozará con ese
      trueno,
mientras el olor a presencia de la tierra en
       la lluvia
será el mismo olor de mi ausencia.
Así le sucede y le sucederá a todo lo que es
pertenencia del planeta.
Entonces, a no gemir, mi lejano palmar,
cuando yo muera,
porque somos un pormenor de presencia de lo
inmortal.   



A Leonardo Martínez






de Un palmar sin orillas según la versión que aparece en Criollo del universo - Contradegüellos II -
Universidad Nacional de Entre Ríos - Eduner - 2016

miércoles, 4 de octubre de 2017

MARÍA PAULA ALZUGARAY (ROSARIO,1974)



Domesticación


La liviandad que se tiene cuando se piensan razones
fumando desde el baño del empleo.
La mirada que devuelve el pelo por arreglar
el rasgueo que hace la vida ante las cosas que hay que hacer
sabiendo que la posesión nos gasta.
Con esa anuencia infernal miramos todo lo soleado,
            lo envidiado,
lo que falta besar y el informe que espera en la máquina.
Y todo así.




Una frase


A sus dos años le enseñé una frase a Ámbar:
"A su casa,a su casa..."

No dudó en aplicarla.
La escuché repitiéndola mientras aplastaba hormigas
              con el dedo.





Una tarjetita de julio de 2014


Hace frío y acá estamos todos abrazados.
Somos cuatro en la cama grande: Rosario,Francisco,
            mi hermana y yo.
Tengo una sensación de no necesitar nada más
que esta habitación
esta casa
en la que ahora duermen repartidos debajo de frazadas
profundas,
los afectos familiares.

No necesitar más que esto:"los lugares comunes".
Lo otro pasa afuera.



de Todo llegó por sí solo -Alción Editora - Córdoba - 2017




lunes, 11 de septiembre de 2017

ELENA ANNÍBALI ( ONCATIVO, CÓRDOBA, 1978)




estoy seca,padre? dejé de amarte o la muerte es
un soltadero de manos?

te amé alguna vez? esperé de vos, esperé
con alegría que llegaras del trabajo, o ya tenía, de nena
el corazón seco como una rama?

me viste flotar, crecer en una miseria chiquita, me viste
ejercer, con determinación, la tristeza, la mugre
el piojo, y nada se partió en luz hacia mí? nada
vino, fue mío, no fui
tu honra, padre?

desperdiciaste tu sangre? esas horas frente
al sol de noche, conmigo, a solas, las perdiste?
sentís que las perdiste?que yo era una cosa, digamos,
una cosita? como una maceta, un yuyito, el fantasma
que en fuegos, de noche, arrancaba en las lagunas
y se perdía, etéreo, en las cortinas,
en el alto y negro laurel donde posaban
las bandadas
alguna vez,mirándote a los ojos, me ofrecía a vos, te llamaba
desde lejos, diciéndote papá ,papito, mírame, levantame
de ese plato hondo de la amargura, dejá que sea
la criatura de tus sueños, el jardín de las delicias,
la flor de los cerezos en la boca del monstruo

algo no cuajaba en tu amores, se iba o era débil:
me penabas al rincón cuando, en el verano, me asoleaba,
buscaba bichitos, tropezaba en las latas
me hacía amiga de la sombra


estoy seca? nací seca para vos, por vos?

cómo hubiera sido encontrarte, llamarte
como un fuego en la noche y que vinieras
donde yo alzaba mi corazón entre los trapos

padre dormido, ves cómo soy?
padre dormido, estoy acá, ves cómo soy?
ves,ahora, cómo soy, si te amé o cuánto o cómo?
lo ves, lo ves,
papá,
papito?

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tuve rabia y no pude dormir
tuve tristeza y no pude dormir
ni fumar, ni hablar entre dientes

pero el monte, esa noche, vino a mí

como un lagarto negro

me habló con su lengua de pájaros y neblina

me dijo: levantá  tu corazón y andate
me dijo: levantá tu casa y andate
me dijo: levanta tu hijo, tus perros domésticos
tus papeles y andate

no te quiere el pez, che, el río se pone sucio, vienen
las lluvias y la flor se pudre, la naranja se pone
amarga, el sirirí se esconde como si viera
al zorro que lo come
lo único que queda, el crespín, triste como vos, che
triste cantando para vos

y yo le dije que había una cenia espesa trabándome la sangre
ceniza de muertos,le dije,que no podía
caminar,andar,trocar el dolor en matrcha
la rabia en marcha
le dije no, andate vos,lagarto negro,hermano
monte mío, le dije,y miré y vi
mi lengua hablando a quién
mis ojos mirando qué
mis pies sobre la tierra, cuál lugar

no estaba yo o nada estaba

apareció entonces,una codorniz pequeñita y suave
un ave de ojos negros y mística, un ángel ave

se acurrucó a mis pies, me dictó los salmos de reconciliación
y mi corazón seco como un palo, empezó a echar flores de durazno

grades flores de azahar rompían mis costillas

y yo verdecía, y ah!... me elevaba, pues, frutalmente,
y yo tocaba al mismísimo señor de los montes y de los cielos
me tocó con sus manos de mamita el ave de fuego

cantando volví a mi casa,cantando
levanté los árboles talados,aparté las hierbas malas
di pan a mi hijo a quien ya le asomaban dientes,di
agua buena,clara

monte suspiró,una electrizante bandada de pájaros
me saludaba

la hondura de la mañana era todo gloria y regocijo

***********************************************

señor
pongo el rostro de mis manos en tu rostro
porque soy ciega y pequeña
y no he nacido todavía
a tu gracia

porque estoy aquí, todavía
aguantando el sol aguantando
de lo baldíos,señor
aguantando
el agua podrida de las canaletas
los gritos del fantasma
el sol enfermo de los días estrellándose
en la curva de mis ojos

estoy aquí, todavía, mirando el mundo,
esperándote sin saber cómo
o por dónde
a la hora señalada
esperándote
sin gracia, herida de ti, de vos
el corazón roto
y todo una rotura, yo ,por esta bruta especie
cruzada de soledad, yo,
sin vos, padre mío, madre mío,
celestialísimo
capital padre desconocido

irán mis huesos ,aún, sí, por el mundo, irán
porque me he desprendido de vos, un día
no sé cuál o cómo
porque me he desgarrado de tu telar profundo
de la trama de tu canto y he caído
yo, de tu boca amantísima
me he derramado sobre el mundo terrenal
a vivir el dolor
con este río de hormigas subiendo por mis piernas
sí, con este vacío azotándome, sí
yo herida de vos

pero por qué, caída en la tierra, mirando
tu altísima casa donde mora el gran jinete
la espada de fuego y el cordero
las cortinas de tu casa cerradas para mí
y yo en los campos del silencio
las cortinas de tu casa cerradas para mí
y yo con la cabeza entre mis manos
cerrados los ojos, y oscuro
y callado todo, y solo
de tu incendio en mi pequeño corazón


de Curva de remanso, Caballo Negro Editora,Córdoba,2017

miércoles, 23 de agosto de 2017

CHRISTIAN HERTEL (CÓRDOBA,1983)




antes de mudarnos
dijimos

espacios grandes
más luz
patio
una cochera

todo salió
según lo planeado

excepto
la categórica intervención
del tiempo
que hizo de un pelo
una hiedra
imposible de esquivar



*****************************


bajo a comer de lo muerto
como quien  se enamora
o sobrevive

lleno con agua
todos los vasos de la casa

sigo la mímica
de un cuerpo anterior

le quito al asombro
su cáscara más nueva

enciendo ruidos
para la novedad
secretos
que se lavan conmigo

a veces
bajo a comer de lo muerto

si me vieras masticar
esa esperanza



******************************


es la época
en que los naranjos que dan a la casa
sueltan la fruta
a toda hora

más arriba
el sol
hace puntería en el lomo de una perra
empecinada en espantar a los pájaros
que se tiran sobre las naranjas
todavía jugosas

cuando baje el calor
los soldados de la tarde
saldrán
con escobas y bolsas
a componer el espejismo

de la cuadra
soy el único
que las deja amontonarse

que sale a barrer

otras cosas


de la erosión, Editorial deacá, Villa Mercedes,San Luis,2017




sábado, 29 de julio de 2017

JUAN PABLO ABRAHAM ( NOETINGER,CÓRDOBA,1980 )


Mi hija crece


El globo rojo de Celina
silenciosamente
deja escapar su aire.

Se pierde
como mi padre
tras los árboles del patio.



Pesimismo filosófico


Demócrito dijo
que el alma es
MATERIA:
¿No ves que escupís
cuando hablás?

Platón dijo
que el alma es 
INMATERIAL:
¿No ves que tragás
cuando callás?

Nietzsche dijo
que el alma
NO EXISTE
¿No ves el verso
INMORTAL?



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¿Por qué está encerrado?
(Celina mira un canario)

Porque lo bello, hija
aunque tenga de sol su pecho
no siempre entibia

la mano de los hombres.


Estos poemas eran inéditos.


miércoles, 26 de julio de 2017

MARCELO RIZZI (ROSARIO, 1961)



Así como otros aman el desnudo
y lo dibujarían para siempre,
así amo yo la sed de las palabras
tras el encanto en fuga

Ricardo Herrera


en la condición de invierno darle
a la suma su posibilidad de resta;
la inversión expuesta demostrará
que no hay ni habrá jamás justicia boreal;
si se vive cerca del mar -no más allá
de lo que equidistan cien millas-
y si se deja que el ojo sueñe
por ahora con la ilusión de la nube,
puede que la piedra comience a rodar
esta vez hasta la cima, que el aire
se llene de ambiciones superfluas,
o que la puerta se deje
para siempre entreabierta

******************************
porque en la sombra del viento
es como un otro el que empieza
a jugar con las palabras
- como si fuera un muestrario
medieval de aromas,
y desde afuera asoma
todo aquello que presta,
que devuelve o dona

******************************
ayer descendí una rama más
de mi árbol genealógico;
pagué con pitanzas de segunda
al más joven de los turiferarios;
volví a dar otro giro a la noria,
dejé que el agua lavara mis pies;
en exacto equilibrio entre azar y necesidad;
dejé puesta la mesa para quien
llegase desde un tiempo profano;
desperté en la aldea de siete piedras
creyendo que huía hacia otra ciudad

**************************************
dicen que la huella de lo que ocurrirá
ya está presente en lo hoy deseamos
abolir de raíz - que sólo al inicio
de todo se conoce el diagnóstico
de la enfermedad; que se comienza
a viajar sin atender al medio de transporte;
que cada uno a su turno volverá a regar
su fanega, a ordenar de nuevo la casa,
a apartar de un solo soplo
las cenizas del umbral

*************************************
sugerir a otros, desde los andamios
más altos, lo que nunca se llegará a ser:
esperar, como en el arte, del observador
una complicidad extrema;
o bien una mezcla de las dos:
opciones con acentos agudos
en lo infinito del átomo
o en lo lejano de la estrella;
a menudo se es sólo
la conciencia de las ropas
que ya no se van a usar


de La experiencia Proust  (inédito)

miércoles, 12 de julio de 2017

DAIANA HENDERSON (PARANÁ,ENTRE RÍOS,1988)



Voy tranquila
por el camino de tierra
y al algarrobo le agarró
una enfermedad terminal.
Pobre,el virus de los otoños.
Lo acaricio con la mirada
y sigo.

Voy tranquila y el suelo sabe
hacer lo suyo: suuube para que llegue
a ver los tonos de la siembra
y baaaja para estarme adentro
y no tener los ojos de siempre,
el plano en perspectiva
desde el ascensor de vidrio.
Ese almacén me recuerda
que yo pasé acá
varios veranos de mi infancia
y adolescencia jugando al metegol
con los chicos que me gustaban,
porque todavía no salíamos
y no había chat.
Me acuerdo haber estado muchos días
y sobre todo tardes
en que llegaba la noche
y no había miedo,
solo ansiedad por la nueva luz
que era siempre igual
entre los árboles quietos
 de Villa Urquiza.

Voy tranquila
a donde tengo que ir y no me acuerdo
y pienso que habrá partes de mí acá,
que capaz estoy pisando una huella mía
y no sepa,
o de la noche que fuimos a los cementerios
con linternas, tratando de adivinar el suelo
porque no había ni una luz.
La luna no daba abasto.
Probablemente en la ciudad más cercana,
un poeta la estaba consumiendo entera.
Yo no escribía todavía, o sí,
pero como una manera de decir
de otra manera.
Esa noche no llegamos a los cementerios
porque uno de los vecinos
que estaba loco, escuchó los perros
y tiró un tiro. Quiero creer
que al aire.
Para los chicos de Villa Urquiza
no era nada de otro mundo,
por eso nosotras hicimos como que tampoco
y volvimos. Pero ahora

voy tranquila
es de día y el sol
está girando como una tapa,
despliega unos haces que llegan
hasta mí y me cargan como las naranjas.
creo que soy feliz. Después 
sospecho que estoy soñando.
No importa.
Lo bueno es que entonces no estoy yendo
a ningún lado,
puedo seguir caminando sin rumbo.

Y voy
no sé si tranquila,
o triste,
o feliz.


Equilibrio

Papá aflojó los tornillos
para que aprendiera 
 andar sin las rueditas.
Ella me llevó a la vereda de tierra
que rodea al hipódromo,
justo enfrente de casa.
Y cuál es la necesidad
de aprender a sostener
mi cuerpo todo de nuevo.
Le hice prometer que no
me soltaría por nada del mundo;
giraba apenas mi cuello
para ver que ella siguiera ahí,
corriendo justo detrás mío,
agarrándome de la parte baja del asiento.
"Yo no te suelto - me decía -
yo no te suelto",
pero para ese entonces
ya estaba pedaleando sola
y no me daba cuenta
de cómo ella se alejaba de mí,
aún quedándose quieta
entre los troncos viejos y gruesos.
Me enojé tanto cuando me di vuelta
que rechacé ese objeto
a un costado de la vereda
y quise volver a casa.
Ahora voy esquivando colectivos,
haciendo finitos, calculo
el tiempo exacto para pasar en rojo
y no morir en el asfalto,
pero así y todo no voy a reconocerlo.
He decepcionado muchas veces a mi madre
y sé que seguiré haciéndolo.
No hay lugar en el mundo
para dos personas iguales,
ni siquiera lo hay en una casa,
y por eso me fui apenas terminada la escuela.
Pero es necesario para que mamá aprenda.
El equilibrio se fabrica con la distancia,
si nos quedamos quietas
seguramente nos vamos a caer.
Ahora rebobino el cassette
y resulta que soy yo la que se aleja
mientras ella se queda parada,
palideciendo bajo el sol de un domingo.
Pero yo no te suelto, mamá,
yo no te suelto.

...........................................................

Los chicos nos dejaban de lado 
y se iban a cazar en la camioneta.
Nosotras quedábamos hablando al pedo.
Las anécdotas que traían después eran siempre iguales.
El flaco me contó que una de las noches
vieron dos ojos brillando, Facu apuntó
y le dio a un gatito en medio de la frente.
Fue a verlo, lo mostró levantándolo de la cola
y lo dejó despacio a un lado del camino.
Me dijo que Franco, que es
el más macho de todos, lloró.
No contaron nada, y nosotras
no lo notamos porque en los cuentos
de caza no había ninguna diferencia :
siempre era de noche y hacía frío,
un nudo exagerado en el medio
y un desenlace sin sal.
Pero ahora sé que esa vez
volvían los tres callados  en la camioneta
mientras nosotras nos pintábamos para salir.


del libro Humedal, Ediciones Liliputienses,Isla de San Borondón, España,2014