sábado, 21 de agosto de 2010

DIEGO ROEL (ARGENTINA,1980)



1

Las variaciones del mundo



La realidad se revela en el fondo del desierto

Jean Klein


Todo nace y muere en mí.


No hay nada que quitar, nada que añadir:
lo Real yace detrás del velo de las horas.

Todo nace y muere en mí.





Ahora voy hacia ninguna parte,
dejo que las cosas se aproximen.

No tengo nombre ni memoria.





Me inclino sobre la última imagen
y veo lo que sucede alrededor.

El viento arrastra papeles,palabras,objetos,
las infinitas variaciones del mundo.





Nada es real.



Sí,en este silencio
me deslizo como una forma sin cuerpo.

No quiero asirme a ningún gesto.




Ahora suelto las manos del tiempo
y voy hacia lo que está del otro lado.

Escucho lejanas melodías.






Porque se fugaron las categorías
y ya nadie designa o señala o califica.

Nadie dice esto es una piedra,un animal
un hombre,un alma que transita
de cuerpo en cuerpo,en luz,en superficie.

Nadie dice esto es un fulgor,un pájaro,
el vientre oculto de las cosas.

Ya nadie nombra,nadie.

En esta curva
la palabra no tiene peso,
consistencia.

Por eso
salgo a ver afuera
aquello que palpita adentro.

Intento decir lo esencial
deletrear el invisible alfabeto de los ciegos.







Pero es inútil,otra vez
el discurso se fragmenta.
Y avanzo a tientas,
asido apenas  a un color,
                    a un ademán del viento.

Aquí nada conjuga con nada :
se cayeron los nombres y los signos.

Y sólo queda un resplandor,
el armazón deshilachado de los días.




No tengo hacia dónde ir.

Me quedo quieto y espero
el golpe y la caída.

No tengo hacia donde ir.




En esta orilla
me abro a la espiral continua de los sueños.

Y veo pasar los números, las letras,
las últimas banderas.

Soy un testigo.

Me quedo quieto y contemplo
la incesante sucesión.





Avanzo y retrocedo:
suelto las manos y los pies,
abro las piernas del lenguaje.

Y observo lo que está del otro lado,
aquello que tiembla,que tiembla y sangra.


Escribo en los márgenes,
en la fisura de los días.

Y alzo las manos
mi corazón sin sombra.




En este mundo
nada puede ser alcanzado,
perseguido.

No hay nada que encontrar.

La flecha se convierte en círculo.




El menor gesto,
el menor movimiento nos aleja.





Por eso
hay que pararse en ese intervalo,
en ese espacio en blanco entre las letras.

Y no hay separación
estallaron las formas y las letras.




Nada es real.




Ahora puedo ver más allá del lenguaje
ese Lugar o Corazón o Templo.

Útero del mundo.Oscura matriz de lo posible.


Sé que un día despertaré en una observación
completamete desnuda,completamente virgen.




Escribo como quien salta o o juega o ríe o canta.

El poema apunta hacia lo que está detrás,
hacia lo vacío.

Lo que desvela se oculta entre la sílabas.


Entonces,
quedarse quieto,vivir en soledad.

Y entregarse a lo que viene,
a lo que huye y salta.

Sí, hay que observar las señales
que dejan las horas en los cuerpos.




Escribo en los pliegues del paisaje.

Me aproximo a un lugar fuera del espacio y del
tiempo.A una zona de lucidez y silencio.

Al corazón azul del poema.



Uno a uno
dentro del Pozo caen
los colores del Reino.


Las voces del aire me dijeron :

Hay un Jardín más allá del vocablo.Hay un Jardín
que es un Desierto.Hay un Desierto que es un Mar.

Hay un Mar,un Jardín,un Desierto.




Camino sobre las Aguas.

Voy hacia donde caen las últimas banderas,
hacia donde brillan las piedras y cantan
las perdidas voces del Cielo.

No tengo peso ya.




de Las variaciones del mundo, Ediciones El Mono Armado,Buenos Aires,2010.

lunes, 16 de agosto de 2010

PAULA IRUPÉ SALMOIRAGHI (BUENOS AIRES,1969)



LA BOCA DE PALABRAS



No tenés nada que decir
y se te llena la boca de palabras.

No hay gesto más sincero
que el gesto que no hiciste nunca.

En el revés de la mentira
no tiene por qué estar oculta la verdad.


de,Mi tren monoplaza,Ediciones del Dock,Buenos Aires,2010

FABIÁN BENASSI (1965,Río Colorado,Pcia de Río Negro)


La Cofradía de la Luna
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Esos raros y melancólicos muchachos,
con el seso trastornado y sueños de Artistas.
Antiguos muchachos los Amantes de Cinthia.

Nada más que un puñado de vagos
que llenan sus horas de ostracismo
ensalzando a su enigmática Amada...

"Cinthia hermosa e imponente
en aquel páramo llamado "El Gualicho",
cautivando de una vez y para siempre
con su dorada cabellera a aquellos Amigos...

¡Cinthia meciendo una estrellita
o vigilando las cenas de septiembre!

Cinthia mil y una noche en el mar;
en el río jugando un juego de espejos.

Cinthia en otro río apareciendo
al Este y al Oeste a un asombrado pescador...

Ausente clausurando el delicado ojo
de la Noche. Cinthia enamorada...

¡Cinthia en las leyendas y en los libros ..!
Con filo de témpano o rojo iracundo.

Ultima visión del naufragio, haz de luz mala.
En la Aurora partiendo hacia otras tierras.
¡Cinthia enigmática, irascible, Cinthia..! "

Y pensar que por esta ambigua y caprichosa hembra
soportaron la ignominia y el destierro.

Esos tontos muchachos a los que se les desborda
la Copa y se ríen de las habladurías que dicen
que a su Reina virginal la han hollado los hombres.
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El Viaje
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Para acallar la desteñida palabra
del hastío, llego algunas veces
hasta el sonido de una voz amiga.

En la morosa hora de la siesta
arribo a la casa (harto conocida).
¡ Sueña quizá con días venideros!
O con esos de los pasados veranos
cuando con el sol bajo,
le traían un puñados de pibes
la cobriza alegría del río
en la piel y la fiebre de los ojos.


"Con su entrañable mate
allí el amigo espera".
¡La ansiedad en figuras azules!


La charla que es mundana,
nueva - aunque repetida -,
inaugura un silencio con ojos
de niño perdido en el secreto
deleite de una aventura...


¡Proclama la campana del aire
un rumor de Escuela y de Paloma;
un fabuloso gallo vespertino!


Quien ver pudiera los Paisajes
indescifrables de la sangre,
ahondar hasta la ensoñación
última de las miradas, vería:
¡Todas las lunas color de arena,
en extraños caminos bautizados
por ardientes y perfumadas cabelleras
y barcos celestes que jamás regresan!


... Dejo al amigo entrañable,
cruzo la calle y la Plaza,
que con su humildad de pájaros
me revive el pecho
con una Aurica punzada.
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Nubes
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¡Un cúmulo resplandeciendo
por una aureola Oro y Rosa!

¡Celestial instante en la tarde!

¡Gracias viejo mago universal!

Pero el sol que está expirando
tiene la fragilidad de la dicha,
y entre el día y las estrellas
cuando el cielo desolado
es un huérfano mendicante,
en que tristeza hubiera caído
mi espíritu no sostenido
por su contiguo y célico recuerdo.

¡Nubes, nubes, nubes!
Por los caminos del mundo
(vigilados por ángeles y demonios)
hacia todas las ciudades
tras de ellas quisiera partir.

¡Nube, nube, hermosa nube!
Desde un barco mirarte
escalando el aire hacia el cielo.

¡Nube, nube, silente nube!
Alma cíclica de la piedra,
de los ríos y los arroyos.

¡Nubes, nubes, nubes!
En recónditos pueblos
vestirlas de infinitos paisajes,
y rostros y voces y estaciones.

Por y con ellas vagar en el día,
sorteando dolores y podredumbres :
¡Como un fabuloso rey
o un harapiento rey!

¡Trocarlas en todos los besos;
en un exótico caleidoscopio!

Y llegar a esa hora opaca
que precede a la noche
para gritar: "Nubes, las Amo".

¡Y que a mi grito enamorado
lo lleve Eco enamorado!

Luego... henchido de calma
tendido en cualquier hierba,
contemplar navegar la Luna
lenta por ese profundo mar
sembrado de flores y diamantes.

¡Y que en la pupila renazca
el estro ingenuo de los verdes días!
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Tres árboles
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Este perdido corazón mío,
(atormentado corazón),
por una magra ventana
en destemplada hora otoñal,
invocaba un latido de luz...

Asido al aire resignado,
a la escorzada plaza,
algunas casas y el transito;
a una multitud de ramas
cercando la vieja escuela.

En la mesa una hoja en blanco
tenia ansiedad de milagro,
y escribí: "Esta caída luz
por sobre los árboles...

¡¡Y al levantar la mirada
iluminando un árbol
dorada e inefable la vi!!

...es un Angel bendiciendo
esta hora tardía, para luego,
perderse súbitamente tras la noche".

¡¡Y al remirar ya no estaba !!

Aureo árbol de este día,
ligado a mi vida estarás,
como aquel Eucalipto
de una mañana de triste
nube y horizonte febril.

O como aquel sauce
que generosa sombra daba
a nuestros párvulos juegos,
y a la siesta de ese querido Tío
dueño de aquélla chacra
a la que jamás pude regresar.
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Caleidoscopio
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Rizada levedad viajera
la nube recorre la noche,
de Oeste a Este. Y a su paso
la Luna muestra el alma
en fosforescente aureola rojiza.
Y como un carruaje fabuloso
tirada va, por una estrellita.


Desgracia de Pueblo

En la penúltima luz,
por la tarde estival y sabática,
en rededor de las plazas
y por las calles céntricas,
las hembras jóvenes lloran
su dolor de violetas cortadas.

¡Antigua Melancolía
de Paraíso Perdido
que la carne sabe!

...y a sotto voce
reclaman la sal de su herida.

Simultánea después otra tarde
- ortopédica, acrílica, engomada -
aborta un perverso monstruo:
¡trapeada cabeza multicolor,
asacarinada boca corruptora,
falso sexo perfumado
y patas de macho cabrío!


En la claridad crepuscular,
inquieto gesticula y parlotea;
ciego, obsceno y melindroso.

Y con las primeras estrellas,
las farolas de las confiterías
le irisan en los ojos muertos,
una romántica bobera.

"Mientras la roja luna llena
es un inmenso ojo luciferino
que se abre por el Este"

Con el descenso de las horas
en violento desenfreno o
derrumbe enloquece...

Hasta que el hastío
una y otra vez,
lo hace vomitar
una y otra vez,
una negra vergüenza
de sucios alcoholes y látex.

¡Antes de que suene
la campana dominical,
el desgarrador ulular
de una sirena anuncia,
la huida de un Angel!



de La lámpara otorgada,Edición del autor,Bahía Blanca,2001

jueves, 5 de agosto de 2010

MARIO MORALES (ARGENTINA, 1936-1987)



Después de un viaje

nos espera el trabajo de siempre,
las deudas de siempre,
                           los amores de siempre.
Nos espera una ciudad violenta,
                              una ciudad de rascacielos inmóviles,
                             de palabras inmóviles.
Nos espera,otra vez,despertar en la noche
con una tos seca,
                 con un sonido seco en lugar del corazón,
con la linterna seca de los muertos apagando toda la luz.
                             Nos espera el cansancio,
                             después la muerte,
                             y después,otra vez,el cansancio.



de La tierra,el hombre,el cielo (1983) según la versión que aparece en El '60 Poesía Blindada- Ediciones de GenteSur-Buenos Aires- 1990