miércoles, 2 de noviembre de 2016

DOLORES ETCHECOPAR (BUENOS AIRES,1956)




POEMA DE LOS HIJOS


todo ha cambiado en los recuerdos en las sílabas en las lágrimas
hermosos hijos todo cambia en la mañana
en los viajes en la noche todo ha cambiado
el regocijo y el miedo que rodean mis órganos
han cambiado
tantas veces mudé de piel  que me voy pareciendo
al aire del mundo

hijo
antes de nacer
me abrazaba el mar con tu luz adentro
busqué la punta del hilo del corazón
tenía un daño el corazón   un precipicio tenía
no supe dónde yo era clara dónde oscura
y te alcé con todo lo que en mí había
yo quería un hilo fuerte para tu pecho para tu risa
no supe girar a tiempo las aspas del molino
que a veces escuchas llorar al fondo de la casa
recuérdame indistinta al crujido de las ramas
un abecedario de tus rodillas afirmadas
el árbol que trepabas y crecía de tu asombro
recuerdas las piedras que levantabas del camino
sus aristas   sus destellos de ojo embebido
de niño te supe antiguo y lento
cuando ibas hacia el vacío radiante de un tesoro
hijo en toda mi vida
apoya tu cabeza

hija
están dormidos los pescadores
podemos escuchar el agua   el agua sola
y la luna
su pequeña mano en tu frente
este viejo sitio te ampara
el torvo aguilucho en su palo
la liebre inasible
al andar vacilante y confiado del zorrino
cada rama florecida cada gota de rocío te ampara
separa de las malezas las briznas venidas de tu infancia
ellas te mecen los sueños
al mar que vimos a la tardecita ve
el azul de Fra Angelico con tu canción de los Beatles ve
apoya tu corona de suspiros en mi pecho
tú percibes cuando las cosas que usamos para vivir y para reunirnos
dan un paso secreto hacia la belleza
no tengas miedo de la ausencia intratable
mientras ella arrecia tú avanzas
y atesoras
de cada legado
la curva fulgurante

hijo hija    largo alumbramiento
suelos sin caldear que se fueron de mí
y aún así todavía doy a luz un vacío donde rezar
un hijo  una hija
no allí donde me ciegan
los nombres cansados de las cosas
sino donde pueda darme absolución
una palabra que anide y cante
como algunos pájaros
cerca de la caída



*****************************************************



Entonces vi que la ciudad se hundía
y grité después   mucho después
un grito que me llevo de mí hasta el tiempo
y no se oyó
dónde era que yo rogaba por nosotros
los que íbamos
íbamos
con las aguas y las flores y los restos
de una frase a medio decir
porque el No alumbraba ese lugar inmenso
donde el viento de las palabras
soplaba sin cesar
y nos apagaba



******************************************************



POEMA DE LA BODA



yo me casé forastera en un jardín
sin que se viera
el cura se paró entre los agapantos y rezó
rezó un rezo larguísimo que aún vive en las hojas
y en el pasto alto cuando llega el viento
yo me casé sin calcular la alegría
lejos de un país

mi esposo era callado como una flor
y me dio silencio con la luz de sus manos
nadie presenció la ceremonia ese día
solo aquello que vendría tomó asiento
con mucha discreción

los niños no se casan
decían las malas lenguas
algo había que matar para casarse
para no ser niños algo había que matar
antes de tiempo lo que vendría
era negro el vestido que me puse para la boda
algo había que matar ese día
mi esposo y yo
nos dimos de una vez el sí y el no
dos forasteros
se casaron ese día
sin que se viera

si fue así no pudo saberlo
si fue por los frutos del árbol
tan altos y aferrados

no puedo saber si una canción de antaño
petrificada nos hirió no puedo decirlo
si hubo trasluz si hilar otra lengua faltó un ademán
tan brevemente tus labios se movieron como orillas
de un lago quieto que ya no pude atravesar
si fue así no puedo saberlo mejor si un grito
me encontrara y me arrastrara a tu pecho
a la cavidad de tu pecho
y me hiciera agua para beber
cuando posa los labios

le pregunto al arriero
donde estuvieron pastando mis recuerdos
que de tan lejos vienen
y acá nadie los conoce
y están tan solos en mí pastando
donde el pasto fue quemado
¿volverá a brotar?
aquí y allá entre las cicatrices y los cardos
algunas briznas de pasto nuevo
que los recuerdos puedan pastar

el esposo-niño viajó hasta mí
en la inclemencia viajó
tomé resguardo en su intemperie
yo iba hacia la nieve para permanecer en sus manos
días largos como trenes vacíos
solo para nosotros dos
para ir y partir de su soledad a la mía

entonces los misterios ocurrían despacio
como la claridad de la tierra
tardó en secarse la pintura de mi pequeña máscara
la aparté de mí
la guardaron tus ojos como se guarda la luna en un lago
y ahora si abro las manos
tiembla en tu memoria

nosotros dos cosidos por el mar
a dos orillas que no se ven
como un tesoro que llega cuando lloro
tu amor es el que me fue dado


a Raúl



de El cielo una sola vez - hilos editora - Buenos Aires -2016

martes, 1 de noviembre de 2016

MARTÍN GAMBAROTTA (BUENOS AIRES,1968)




1

Una pieza

donde el espacio del techo es igual
al del piso que a su vez es igual
al de cada una de las cuatro paredes
que delimitan un lugar sobre la calle.
La bruma se traslada a su mente
vacía,no sabe quién es y el primer
pensamiento "un perro que se da cuenta que es perro
deja de serlo" vuelve a formar parte 
del sueño pero aparece,difusa,
la maceta:una pava abollada con plantas
en el centro de la mesa:dos caballetes
sosteniendo una tabla de madera
-entonces está despierto.
Las manchas de óxido en el cielo-
el color de la luz sobre las cosas,el cielo
que se retrae y es óxido borroneado
entre sus ojos y cae dormido de nuevo,pero aparece
un orden en la materia despierta.
La ubicación lúcida
del lugar en el día,el ruido,
el cuerpo latiendo,
la ruina de una idea que corre
por una red de nervios,
palabras de acero
contenidas en un soplo:
un orificio cabeza de alfiler
en una cavidad del corazón.

2


En el 2do. estante,

un tenedor torcido entre el alcohol puro
y las gillettes usadas.
Sobre la heladera tiembla una estatuita: es un tenista bañado en oro falso
en el acto de hacer el primer servicio.
Cada minuto un trofeo de plástico.
Y en que momento un hombre pierde
noción y su mente queda en blanco:
cuando no puede dormir y no aguanta
el hecho de estar despierto.
Cómo se llama eso que cuelga de la pared,
cómo se llama eso que cubre la lámpara.
Rodeado de cosas sin nombre a mí también
me hubiera gustado empezar esto
con: de noche junto al fuego
pero acá
no hay,salvo en potencia,fuego
y eso que divisa,una oscuridad
baldía sobre nosotros,a duras penas
puede ser llamado noche,nada
hace suponer el final de la transmisión nocturna
que ahora termina y deja
la pantalla nevada
trasladando a la penumbra del pasillo
la oscilación de un aire gris que no provoca
ninguna emoción salvo en las cosas.
Antes del corte de la programación estuvo 
el vuelo de una polilla en la pantalla
a contrapunto de la banda de sonido del Gran Chaparral,
una japonesa que se tiraba a la pileta,
los subtítulos en verde decían:
"acaso no eres tú la de los ojos azules"
en otro canal,el documental sobre cáncer de piel
y en otro un delfín saltando aros de fuego
y de nuevo la japonesa secándose la nuca
con la toalla,mirando la cámara
cambia y otro dice"solo se escribe
acerca de la muerte por dinero"

Cadáver,esto ya no es rock,

algunos roban estéreos,otros roban esposas
pero todos robamos.
Discriminando entre el dolor y la apertura siciliana
va hasta la pieza y en una hoja escribe
la jugada de una partida por correspondencia
que va a reproducir un tablero en Concordia
en otra noche.Alguien lee
la nota : Jaque
la torre negra toma peón alfil uno
mate
y sabe que todas sus piezas están perdidas.
No hay color,únicamente
queda la variación en los tonos
de gris que,en el pasillo,
se funden con el destello aguado de un aviso de yogur
que viene de la calle:
PORQUE LO MAS IMPORTANTE dice ES UNO MISMO.

3


En la cocina 

la llama de la hornalla
oscila detrás del Guasuncho,que
se cree el héroe del Barrio Pepsi
pero que nunca salió de estas cuadras
a no ser para cobrar una renta.
Guasuncho,de visita en la cocina
él,que hace unos años fundó
una pseudo célula clandestina y después se puso
a vender biblias  para el Ministerio
de Ondas de Amor y Paz.
Ahora rehabilitado,
con restos de chicle en el labio inferior
de su sonrisita parapolicíaca dice
hesitante
              loco
loco,yo era amigo de Luca.
Guasuncho cuenta de una minita
que,siguiendo los pasos de su hermana mayor,
usa una remera donde un águila sostiene
el bate de béisbol en una garra y laureles en la otra.
En dos semanas cambió
menos que la media hora donde
hablamos del futuro en tiempo pasado.
El parlante roto,dice Guasuncho
hacía que la canción,
Blondie,se escuchara de a ráfagas,arrastrada
hasta la pieza desde otro lugar
menos pensado;después de la escena
de celos en el comedor coreano algo
quebró la sucesión de los hechos
y entonces,todo indicaba que era él,
no era yo,dice Guasuncho,con un envase
en la mano,ni ella,una mujer
sacando un jean de bolso
los personajes que a la otra mañana de movían detrás
de la vidriera mal enjabonada 
en el San Cristobal Laverap.
Nadie comenta salvo Confucio
que comparando de reojo al Guasuncho
con una diapositiva de cuando tenía 17
le dice,nunca debiste confiar tanto
en alguien que le pone Heráclito a su gato.




de Punctum,Libros de Tierra Firme,Buenos Aires,1996.