jueves, 26 de noviembre de 2009

ALEJANDRO NICOTRA (SAMPACHO, CÓRDOBA,1931)



 Ella estará de pie en la luz


Ella estará de pie, en la luz,
igual a una estatua con paloma en el hombro
-la paloma del perdón y el deseo-
pero una muchacha, no más,para los otros.

Como el alba, habrá venido
de un temblor de la sombra o los párpados.

Entonces el hombre no clamará a ningún ángel
ni temerá a ningún fuego en su noche.
Tampoco pedirá el cielo a las ventanas.

Todos los dones colmará esa visita.

Y al fin el sabrá decir adiós,
los labios muy cerca de la cabeza esperada,
cuando ella se incline sobre sus ojos.

 


Otros comienzos


Nadie quiere
volver sobre las hojas extendidas
por el azar y el tiempo,
y si alguien ahora da su mano
a tu mano,
camina no hacia ayer
hacia mañana.

Es abril otra vez
y la ciudad ofrece
sus bares irisados
para los labios fríos y los hombros con lluvia,
y una ventana para los regresos:
debes rehusar
y sin rumbo
por el agua caída
seguir,
¿pero hay una plaza
o una esquina
o una calle de árboles
callados,
donde una voz,de nadie,
te susurre
otros comienzos?


Va a nevar


La verás.
Sobre el árbol sin hoja,
sobre el cauce seco.

Posándose
-es tu ave de invierno-

como un silencio sobre otro silencio,
eterna y puntual.


Al despertar


...Esos pies en la sombra,
su susurro de poemas no escritos,
ya son los mismo que los de la lluvia

o los del viento:ahí
los tienes. (Y no importa cuáles
pueblan de adioses tu mañana.)



de,Lugar de reunión - Obra poética-1967-2000,Ediciones del Copista,Córdoba,2004

domingo, 1 de noviembre de 2009

SOLEDAD CASTRESANA (LA PAMPA,1979)



la suerte del que come



un pollo salta
va dejando sobre la arena
el rastro de sus tripas
la sombra tibia de los órganos
que insisten

cada paso lo ahueca

cuando queda vacío
huesos y plumas
cae
sobre otro pollo rendido

en un rincón del gallinero
con la cloaca del ave
todavía entre los dientes
el perro se relame

no conoce la suerte del que juega
con la comida del amo



un entierro



todas las noches
encerrábamos a los charitos
en el gallinero

una mañana cedió el tejido
y un revoltijo de plumas
se nos pegó a los ojos

en el patio de la capilla
enterramos los huesos
las patas los picos
hicimos guirnaldas de flores
sobre las tumbas
clavamos cruces
de varillas y alambre

las manos cubiertas de ampollas
rezamos
lloramos

más tarde sacamos las cruces
y las usamos de espadas



y el cerdo se hizo carne



hay que hervir la grasa
durante cinco horas
revolviendo en círculos

sobre el tablón
separar lo que se come
del sebo
de los nervios
de los huesos

la carne no asume
su condición
resiste
todavía entibia la hoja

el que corta
no piensa
siente cómo se enfría

un parpadeo
y el filo desconoce
en la mano
se mezclan la sangre
del hombre y el cerdo

las mujeres no piensan
meten en la picadora
exprimen
empujan
manipulan lo sólido
no hablan
ablandan

y el mate pasa
de mano ensangrentada
a boca sin machas
de mano engrasada
a boca sin dientes

y la picadora da vértigo

si un dedo cayera
lo blanco sería rosado
el dedo chicharrón

el chasquido de la máquina
las vísceras se hinchan
en las gallinas
los chimangos y los perros

el embudo encauza el instinto
las mujeres rellenan
las tripas
recobran su erección

una mano oscura
se hunde y mezcla
la grasa la sangre
la carne de cabeza

hay que revolver
en círculos
durante cinco horas
para derretir

el hombre que revuelve
no piensa
mira las burbujas
y fuma

en algunos lugares
las cosas son simples

la carne se corta.



del libro,carneada,Alción Editora,Córdoba,2007.