lunes, 8 de diciembre de 2014

OSVALDO PICARDO (MAR DEL PLATA,1955)


Olvidamos la música en el viejo contestador automático


Hasta una de esas cosas 
que ya no se usan llegó a atrapar
sin que uno se diera cuenta,una partícula
del oscuro universo.
Lo alumbraron por un instante.

Incluso en el contestador
viaja algo de mi madre.Su voz
al otro lado del teléfono,
millones de años luz.

¿Cómo era? En las voces hay una música
pero tarde o temprano olvidamos.
¿Cómo se hace para volver a escuchar?

El sonido regresa vértebra a vértebra
con viejas preguntas
y apura el cuerpo entero por la garganta.
No encuentra palabras. Atraviesa esa frontera
del oído enterrada en la inexistencia.

Y es cuestión de reconstruir el tacto
rugoso de nuestros genes dramáticos,pero
ni siquiera un hijo habla igual que su madre.

Hay más.
Mucho por comprender en una voz olvidada.



Teoría del color alrededor de un significado


Con las lluvias el limón parece más amarillo.
A la sombra.Adentro de la barnizada fronda.
Ni todavía redondo ni todavía arrugado
es un brillo contra un fondo de claroscuros.

Aislado entre lo amargo y lo dulce
resulta un débil latido,ahí,sobre la tierra,
de nuevo aparecido.
Y está a punto de decir algo.

El color de un significado
va cambiando con los días.También
su objeto en la estridencia de la luz
como en un cuadro de Kandinsky.

Lo estoy viendo al final del corredor
donde hay que ir a buscarlo.
Es necesario acostumbrar la mirada
a esa insistencia con que las cosas regresan. 


Receptiva y elemental el agua nunca hace diferencia


Otra mañana la abuela Rosa
te mostró un picaflor muerto.Flotaba
en un balde como una floja espuma.

"No hay otro pájaro igual",te dijo.
"Le prestaron el vuelo y no quiso devolverlo".
Había diluviado por la noche.

Entre rayo y rayo,las sombras
se agigantaron sobre las paredes.
Y reventaron los techos.El mundo
del sueño,se había dado vuelta.

El agua que todo lo recibe
nunca hace diferencia.
En su balanza transparente
cada uno obtiene su auténtico peso.



Del libro 21 gramos, Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2014






sábado, 27 de septiembre de 2014

CARLOS SCHILLING ( SUNCHALES, PCIA DE SANTA FE,1965 )





TRÍPTICO



I


Nunca supiste cuánto me querías,
a veces más, a veces menos, ni
cero ni mil, la cifra no era exacta,
y te faltaban dedos en las manos
para sumar con la derecha
lo que restabas con la izquierda: tres,
dos, uno…  todo ese  tiempo ya negado
a mí desde el principio.
                                      O, quizás,
algo menos dramático: la forma
variable de tu firma en los papeles,
las fotos de tus hijos, los zapatos
de fiesta que debías devolverle
a una amiga…  ¿Contaste alguna vez
mis regalos casuales? No, no creo.
Si el día en que volvimos a juntarnos
no recordabas mi segundo nombre,
menos recordarías ese buzo
violeta que te di en el invierno
del único año que me importa.
                                            ¿Fechas?
Tengo más fechas, claro, pero elijo
una imagen: tu cara, tan hermosa
en la foto guardada en un archivo
de Google que me duele cada vez
que la miro, tu cara, y con tu cara
todo lo que me falta de tu cuerpo
en la mitad injusta de mi cuerpo
(idea que Platón pone en la boca
de un cómico).
            Termino, ya termino,
sólo quiero pedirte que digamos
los dos juntos la cuenta regresiva,
por favor, desde cien mil hasta cero,
no en voz alta, callados, sin pensar,
como si alguien contara por nosotros,
tan lentamente que, según mis cálculos, 
podríamos tardar un día y tres
horas. ¿Es mucho? Bueno, negociemos.
¿Un solo día? Nada más te exijo:
un solo día y borro este poema
para siempre. 




II



¿Puedo insistir ahora que ha pasado
mi turno y ya ninguno de los tres
deseos que pedí aquella noche
me será concedido? Vos estabas
conmigo y viste ¿no? la misma estrella
que trazaba una curva luminosa
en el fondo del cielo; pero es obvio
que pediste otra cosa, ser más libre
que yo, no someterte a la ambición
que me negaba y me volvía estúpido,
fanático, insensible al esplendor
de lo que no requiere ningún plazo
para dar todo lo que puede dar
y cumplirse en sí mismo. Hoy al revés
cuento los días (viernes, jueves, miércoles,
martes, lunes) en busca de la fecha
exacta que revierta mis recuerdos
y los conduzca en dirección opuesta,
desde el final hasta el principio, sólo
para verte otra vez tal como eras
antes de que escucharas mis deseos .





III

I may have made it rain
                                  Britney Spears



Es la primera vez que te lo pido
y es la última: volvé, volvé, por Dios
volvé, que lejos ya estuviste, vamos,
llegó mi hora de ver tu cara todos
los días y de hablarte y de comer
sobre la misma mesa el mismo plato.
¿Te espero con un vaso de campari,
hielo y naranja o preferís un vino
rosado? Hice lugar para tu ropa
en los armarios y dejé pagado
un mes el alquiler de la cochera
para tu auto. Volvé. No te lo pido,
te lo ordeno: volvé. ¿Sentís el aire?
¿Ves las nubes? Se viene una tormenta
no anticipada por los noticieros
meteorológicos: habrá granizo,
cortes de luz, inundaciones, ramas
caídas en las calles y algún muerto
no reclamado por sus familiares.
Tal vez no sea el modo más gentil
de decirte que el tiempo, el señor tiempo,
se ha puesto de mi lado y con mi voz
te exige lo que yo te exijo ahora:
tu inmediata presencia…Bien, entonces,
¿voy sirviendo un vaso de campari?  


estos poemas pertenecen al libro inédito Ensayos de voz



lunes, 18 de agosto de 2014

BELÉN CIANFERONI (SANTIAGO DEL ESTERO,1987)

 
Silencio! Cuerpo Hablando

 
Es necesario
y urgente
escuchar a nuestro cuerpo.

Prestá especial atención
al susurro de los pulmonmes.

Por favor, my dearest,
concéntrate,
en la melodía de los huesos.

Escuchá a tu cuerpo.

Ala sabiduría de la sangre,
en cada gota,
en cada célula.

Por favor, pegate a tu piel.
Amala.

Te canta una canción de cuna
Todas las noches.

Tu cuerpo está hablando
y hablando
y hablando.


 
Notas mentales

 
creo que va a ser una noche de apuntes.
Está escrito,
vos tu casa,
yo la mía.
La rutina inconclusa,
los cafés,
el ron,
y la resaca matutina de todos los días.

Después el lunes con las malas traducciones,
terribles
hablar en el amado inglés
y con mi portugués mediocre.
Tal vez las ansias de puentes,
de querer torcer el destino,
unir continentes a fuerza de letras,
quizás mi espectativa
en degradé con tu realidad.

Luego saltamos días,
olvidamos besos;
por causa de la falta de oxígeno
o la habitación repleta de desconocidos.

Quise serentas...
en la era youtube,
mariachis,
velas vino blanco,
chardonnay en lo posible
y me pasaste el link de la descarga.

Y yo sigo meditando...
pero me retiro
“son sólo apuntes
de una relación inconclusa”


 
De disfraces I

 
Sí,
soy la nena con los vestidos
más tristes
de la sala.
Esa... la disfrazadita de burócrata,
que sella en blanco y negro
y formula cuadraditos al hablar.

Esita,
que al pensar en vos
llora en prolijos rectángulos.


 
Sobre amores inanimados

 
una copa de cristal,
balanceándose,
alborotada
en el borde de la mesa.

Un vaso
que debe
estallar
en miles
de
partículas
por el universo de tus mosaicos.

Vidrio
que debe
romperse
pero
aún
permanece intacto.

Así existimos.


 
El arte de cortar

 
Corto límites
lazos
hilos mal cocidos
corto tu camisa, mangas, pantalón
y tu bragueta,
corto tu sombra,
el espacio donde habitabas
corto la manguera del tubo de oxigeno
que reservé para vos
ya no es
necesaria
ni vital.
Porque ya no existe...


 
Cuerpo

 
toco mi cuerpo
y lo siento
como un agente extraño,
ausente de mí.

Marcha,
pero
no voy
dentro del movimiento,
ni con él.

Mi cuerpo
ha dejado
de girar,
ahora se queda inmóvil
mientras camina.
Se escucha
muy despacito
una nena que llora,
creo que ha perdido
su juguete favorito.


 
La nena de los noventa

 
With the lights out is less dangerous
Nirvana

te acordás caundo era tan fácil deprimirnos
cuando escuchábamos nirvana o pearl jam, sin parar
si si si si si si
entre el actual “no em rompas las pelotas”
y el “no soso vos, soy yo”.
Te acordás
nos bañábamos en música,
perfumábamos de hambre
y alimentábamos con jeringas.

Nos hicimos de todo, loca.
Para callar los gritos,
adormecer las nena
y mentir lo que éramos.

El y2k te encontró concéntratetachas en el pantalón,
tachas en el corazón,
tachas en lso labios,
querías tachar algo.

Escuchabas lo que te hiciera saltar, flaca
o al menos calme las ganas de romper los platos
y cuando lo hacías,
susurrábamos bajito,
para que no se enteren
para no despertar a tu viejo.

Mentíamos hasta el empacho
en el depto de susy,
y el de la pato,
en lo de mayra,
a la vuelta de la esquina en la plazoleta,
lo escondimos
y me enterraste para siempre.

Escondimos lágrimas,
las tragamos,
las bebimos todas
hasta la última gota.


Te queda algo, flaca?
A mí,
nada.
 
 
del libro Damage Therapy - Intravenosa Ediciones - Jujuy - 2013

domingo, 17 de agosto de 2014

Laura García del Castaño (Córdoba,1979)



Son católicos?

Lo crió una tía
Ayer preguntó por su hermano
Se la podrá teñir?
Me dijo de sacar del fondo la rosa oliva
Era hombre o mujer?
No se le puede mover el cuello
El martes cenamos en casa
Cuánto es todo?
Dejó de sufrir
Para qué lado sale el cortejo?
No tengo recibo
Se podrá cerrar la sala?
Tenía parálisis facial
Y la ropa?
No hay pasajes
Una mesita para el pastor
Siento un frágil aroma de otro mundo pero no alcanza
El recibo es para el subsidio
Altura aproximada?
Pasaremos toda la noche
Faltan atriles
Si vas traeme puchos
Hay alguna florería cerca?
Alguien sopla en la ceniza un posible fuego
Hay que corregir el certificado
Qué hablaron la última vez?
Yo pagué y digo que esa hija de puta no entra
Tendrás un cuchillo para cortar la pizza?
No tenía marcapaso
Cobraba hoy,se podrá hacer algo?
Estará con el nono
Soy el hijo
Seria mi cuñado
Era mi hermana
Es mi padre
Hay velas?
A qué hora lo llevan?
Tienen la boca abierta por la fuga del canto,del espíritu 
y del pájaro
Todavía no caigo
Firme aquí
Cuántos entran en el auto?
Estaba triste
No cierren hasta que venga mi sobrino?
Aceptan débito?
Pedimos por el eterno descanso
El domingo era el cumpleños
En cinco cerramos
Que ni se le ocurra caer
Se envenenó con una rosa oliva
Fue un aborto
Tenía cáncer
La mató el marido
Lo fui a despertar y estaba helado
Dejó una carta
Las medias no van
El plan incluía el aviso
Pensamos que moriría él primero
Acá velan a Rossi?
Acaban de salir hace diez minutos
Qué poco lo tuvieron.


del libro el animal no domesticado, Editorial Gráfica 29 de Mayo - Pan Comido Ediciones,Córdoba, 2014

María del Carmen Marengo (Balnearia,Provincia de Córdoba,1968)



Perdido el cielo prometido
no buscas 
nada semejante
ni nada
que pueda parecerte tan hermoso.

Y si ya creíste
que te dieron
y te quitaron
todo lo que podía serte dado y quitado
¿a qué entonces
jugar
a lo más puro,
a lo más ferviente?
¿Con reservas?
Nada redime con reservas;

menos aun
si quedan hojas rotas,
restos de frutos 
de la discordia.


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A lo mejor yo pierdo
y vos ganás,
me dijiste en la madrugada.

Debería ser sólo así,
sólo en ese orden
para que la ganancia sea fecunda,
para que la pérdida redunde
en el beneficio compartido.

Perderías tus capas
acumuladas con el tiempo,
saldría a la luz
algo
que quisiera poder imaginar,
inocente,
como alguien que abrió,
el primer día,los ojos en la tierra.

Desvelaríamos nuestras miradas
hacia ese punto
en que nuestras sangres se encontraran.

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Y si yo quiero
lo que todos tienen
y que vos tuviste,
no es puro capricho
o falta de pensamiento,
deberías entenderme
aunque nunca estuviste en mi lugar
ni yo en el tuyo,
no es mala voluntad.

Tengo reflejos lentos,
quizás,
y alguna valijita
que miraba las vacas y los caballos
pasar.


de La vida numerosa, Ediciones Cartografías,Río Cuarto,Provincia de Córdoba,2014

JUAN ARABIA (BUENOS AIRES,1983)





Develar





Develarle al hombre

que los ángeles no están en el cielo,

sino debajo, en lo más profundo de la tierra.

Develarle, también,

que ya experimentó la eternidad y la muerte;

y que todo es posible,

mientras exista la convicción y el argumento.

Develarle que un pez en el agua

vale tanto como un ave en el cielo,

y como un niño que camina solo, indefenso.

Develarle que beber vino,

no es sino anhelar nuevas cosas;

que el sapo y el lagarto le huyen,

pero no lo respetan.

Que el cielo es celeste,

aunque sólo eventualmente.

Que su sombra no es sino el reflejo adverso de su alma.

Develarle al hombre que aquél que lo comprende,

se transforma en su amo;

y que los Evangelios Apócrifos

son tan falsos como la verdad y la mentira.

Develarle que en la ciudad

se aleja insistentemente de sí mismo;

y que aquél a quien más teme, es sólo él y nadie más.

Develarle que el mar

será un sinónimo de literatura;

y que un ejemplo

no es sino una metáfora cotidiana.

Develarle que el aire no puede sostener la hoja

Que tiembla y cae junto al árbol;

y que extrañar es la forma

más desinteresada de querer.

Develarle al hombre que no hay viaje más grato que el del tren,

y que la mañana es la primera y última puerta del día.

Develarle también que aquello de lo que escapa

no se encuentra en su camino;

y que sus pensamientos

son sólo una vaga e inútil extensión de lo que siente.

Develarle que una poesía crea,

que una ley destruye,

y que lo único que permanece en la quietud es su mirada.





Soy el que mira al cielo y a la tierra


Soy el que mira al cielo y a la tierra.
Soy el universo.
El que baja hasta la orilla del lago
Y enciende las hierbas secas.



La explicación es una bajeza,
El esclarecimiento la humillación.
Porque el aire es como los otros:
La memoria del hombre, en sí misma.



Soy el que escucha a los árboles
Y sus cabellos de inmenso día.
El que brota en el silencio de la superficie
Y deja firme su idea.



Estoy hecho de palabras; soy el que canta.
Estoy hecho de materia; soy el que inventa.
No siento temor por la verdad:
Soy el que vive, soy el poeta.




Y el que permanece en amor



Y el que permanece en amor, permanece en Dios, o sin él.
No hay todavía una criatura viva que no haya sido ni buena ni mala.
Defensor de la verdad, Rimbaud trenzó en el cielo su estadía.
Mientras dormía: la brasa de lo que comíamos ayer.
Voy a ir a Charleville con plata prestada desde el cielo.

Matar al individuo, a la experiencia... Soltar una lágrima.
Disimularla.
Vivir en la hermandad del silencio… Perpetuo.
Quiero escribir con el corazón, y olvidar lo que estoy haciendo.
Quiero escribir como el aire es en el mundo.
El océano es avaro, decía el que multiplicó la ciencia

y la acorraló en una ventana iluminada por el sol:
haciendo explotar los conductos que unen la ballena con el cielo.
Más tarde, la corona no alcanzó la montaña:
y guiñaron el ojo con la complicidad de un padre.
No fueron sus amigos quienes traicionaron

—una o dos ideas despiertas— la mañana.

Siempre existe una metáfora que se parece más al propietario de la tierra:
encerrar al animal, dejarlo comer y beber;
no sólo para que reproduzca su piel:
el campo es verde, y dice de qué color es el verde...

Despertando sueños como lo ya vivido.
Comiendo con las puertas cerradas, mucho antes de aprender a cazar.
Cada uno de los vértices esconde una parte del refugio, del cielo, del campo, de la ciudad.
El ladrillo nació del carbón, mezclado con fuego.
El oro es el invento de unos pocos.

Charleville-Mézières, 2014.



del libro inédito El enemigo de los Thirties