sábado, 27 de septiembre de 2014

CARLOS SCHILLING ( SUNCHALES, PCIA DE SANTA FE,1965 )





TRÍPTICO



I


Nunca supiste cuánto me querías,
a veces más, a veces menos, ni
cero ni mil, la cifra no era exacta,
y te faltaban dedos en las manos
para sumar con la derecha
lo que restabas con la izquierda: tres,
dos, uno…  todo ese  tiempo ya negado
a mí desde el principio.
                                      O, quizás,
algo menos dramático: la forma
variable de tu firma en los papeles,
las fotos de tus hijos, los zapatos
de fiesta que debías devolverle
a una amiga…  ¿Contaste alguna vez
mis regalos casuales? No, no creo.
Si el día en que volvimos a juntarnos
no recordabas mi segundo nombre,
menos recordarías ese buzo
violeta que te di en el invierno
del único año que me importa.
                                            ¿Fechas?
Tengo más fechas, claro, pero elijo
una imagen: tu cara, tan hermosa
en la foto guardada en un archivo
de Google que me duele cada vez
que la miro, tu cara, y con tu cara
todo lo que me falta de tu cuerpo
en la mitad injusta de mi cuerpo
(idea que Platón pone en la boca
de un cómico).
            Termino, ya termino,
sólo quiero pedirte que digamos
los dos juntos la cuenta regresiva,
por favor, desde cien mil hasta cero,
no en voz alta, callados, sin pensar,
como si alguien contara por nosotros,
tan lentamente que, según mis cálculos, 
podríamos tardar un día y tres
horas. ¿Es mucho? Bueno, negociemos.
¿Un solo día? Nada más te exijo:
un solo día y borro este poema
para siempre. 




II



¿Puedo insistir ahora que ha pasado
mi turno y ya ninguno de los tres
deseos que pedí aquella noche
me será concedido? Vos estabas
conmigo y viste ¿no? la misma estrella
que trazaba una curva luminosa
en el fondo del cielo; pero es obvio
que pediste otra cosa, ser más libre
que yo, no someterte a la ambición
que me negaba y me volvía estúpido,
fanático, insensible al esplendor
de lo que no requiere ningún plazo
para dar todo lo que puede dar
y cumplirse en sí mismo. Hoy al revés
cuento los días (viernes, jueves, miércoles,
martes, lunes) en busca de la fecha
exacta que revierta mis recuerdos
y los conduzca en dirección opuesta,
desde el final hasta el principio, sólo
para verte otra vez tal como eras
antes de que escucharas mis deseos .





III

I may have made it rain
                                  Britney Spears



Es la primera vez que te lo pido
y es la última: volvé, volvé, por Dios
volvé, que lejos ya estuviste, vamos,
llegó mi hora de ver tu cara todos
los días y de hablarte y de comer
sobre la misma mesa el mismo plato.
¿Te espero con un vaso de campari,
hielo y naranja o preferís un vino
rosado? Hice lugar para tu ropa
en los armarios y dejé pagado
un mes el alquiler de la cochera
para tu auto. Volvé. No te lo pido,
te lo ordeno: volvé. ¿Sentís el aire?
¿Ves las nubes? Se viene una tormenta
no anticipada por los noticieros
meteorológicos: habrá granizo,
cortes de luz, inundaciones, ramas
caídas en las calles y algún muerto
no reclamado por sus familiares.
Tal vez no sea el modo más gentil
de decirte que el tiempo, el señor tiempo,
se ha puesto de mi lado y con mi voz
te exige lo que yo te exijo ahora:
tu inmediata presencia…Bien, entonces,
¿voy sirviendo un vaso de campari?  


estos poemas pertenecen al libro inédito Ensayos de voz



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