martes, 21 de junio de 2016

LAURA GARCÍA del CASTAÑO (CÓRDOBA,1979)




el secreto del amor



¿te hablé del amor?
¿de la crin filosa que a tu mano se enhebra?
¿cómo se ama?
¿como se administra una avalancha?
¿has visto una carrera de galgos?
el secreto está en la largada
me dijo un experto
en las bestias de aspecto sencillo y voluntad poderosa
en rostros escuálidos
de oídos sordos y piel clarividente
el secreto de la nieve
está en apretarla hasta que duela
él es un viejo hábil
le gustan las mujeres que cambian
de gris a azul metalizado
como la reina mora
es un pastor de la conversión
un fanático de las mutaciones
que exigen derrumbamiento
un jardinero de la espera
esperar que la maleza estalle
esperar que al galgo le brote la gloria dentro
esperar que el amor flote en un vaso
como un insecto inevitable
los galgos no son perros cualquiera
son esquimales altivos
que hablan otro idioma
guerreros de flacidez absurda
ángeles de otra siembra
poco corpulentos nada creíbles
y sin embargo miran un punto
siempre hacia adelante
correr desagotando la huida
hacia una meta trazada
por un experto en mutaciones
¿te hablé del amor?
¿de su crin fabulosa que se aprieta como la nieve?
un día es un perro marrón,silvestre ,cabizbajo
al otro es un galgo
alto,azul y prepotente
no
el secreto de las carreras
está en sus mezquinas  alianzas
para dejarse atrás
las cabezas se estiran
sobre la línea se traicionan
cambian
de azul metalizado a ceniza


de Los demonios del mar, Ediciones del Dock,Buenos Aires,2015

JOTAELE ANDRADE ( LA PLATA,PCIA DE BUENOS AIRES,1974)




La forma de tus manos


todavía es demasiado pronto para hablar
sobre tu ausencia

aún cuando los árboles se hayan
inclinado
hacia su sombra
incontables veces

que se haya lacrado el idioma con que te entendías 
con el mundo

no me resisto a tus cenizas
a la porosa desnudez de tus huesos
a tus extrañas manos desliadas
de cada objeto

pero reconstruirte
esforzarnos en los detalles
con tu modo de exhalar el humo del cigarro 
o de sentarte
es un esfuerzo inútil

es muy pronto para tallar tu corazón en mármol
para dejarte a la deriva en la memoria

siempre se adelantan otros muertos
otros rasgos
quizás más urgentes

sucede que ahora mi vida se aja
y recobra
o intenta recobrar
aguas lejanísimas
voces
cosas realmente sepultadas bajo tantos años

no contradigo tu carne disputada
tu sobrenombre flotando entre la niebla de los años
como un madero
sobre el que nadie sobrevive
o que jamás reverdece

no
sólo quiero decir que el mundo todavía tienen la forma de tus manos.



No se pretenda otra cosa


alguien baja las escaleras
levanta
y baja
uno y otro pie

pienso que sobre ese mármol no se escribirán epitafios
y que las huellas se acumulan
en el desgaste de los bordes

en lo que se rompe
sin estruendo
pienso

en lo que comienza a resquebrajarse
de un modo
imperceptible

pienso

digo
huellas

digo las desgastadas cosas por sobre las que pasan
manos
otros cuerpos

en el roce de todo con todo
pienso
en la lengua que raspa lo que nombra

en que nadie pretenda más que polvo
de este mundo.



La memoria del mundo



cada palabra que traemos al mundo
muere en el mundo
y suelta
acaso
la luz
un perro
una bicicleta oxidada

deja de sí
una estela de animal que se arrastró
hasta
vaciarse
con nuestro horror ante la muerte

cabe preguntarse
si el mundo
es algo más
que un enorme osario de cosas dichas
que se sueñan que se dicen

si nosotros mismos no somos más que un compendio de fantasmas
reunido en torno a una memoria
prodigiosa

que pregunta
por ella misma



de los metales terrestres - añosluz - Buenos Aires - 1915