martes, 21 de febrero de 2012

UN INÉDITO DE SUSANA SZWARC




Dedicatoria o el secreto

                          

La primera regla para descifrar un mensaje consiste en adivinar lo que quiere decir.                                
                                                                                                                                                Umberto Ecco



Tal vez el dedicado
descifre adentro/afuera
el tiempo espacio
no vacío /su lugar.


El rabino dice cuarenta años
apenas pasaron 
se escuchan los gritos.
Respira, se le acomoda el sombrero
trato de entender: ¿cuarenta años,
los del desierto? ¿Cuarenta, el comienzo
de la guerra? ¿Cuarenta, qué?

Una densidad crítica, oscilante, pegajosa.

-Los gritos, ¿de quién?-reclamo.
El rabino aclara como un mantra:
losgritosdecadatorturadoporladictaduramilitar.

(No respiró, dijo la letra con una sola voz, los ojos vidriosos.)
Sobre el vidrio del recuerdo él vuelve hacia la amiga-vecina/
su hermano empujado y la calle hasta dónde…
no se ve más.
Él vuelve, al recuerdo: las manos de los padres, de la hermana estirándose
estirándose sus siete años. Trece, veinte, treinta, cuarenta años son
cuando escuchamos los gritos que no dejan de
escucharse por toda la escuela.
Como un resbalón  pasó el tiempo y suenan el timbre los gritos
de alegría irradian sobre el ojo vidrioso, el otro ojo se derritió.
Una fuerza no separable del poder de ser afectado.
-Aprovechan, los chicos creen que no estoy  y hacen la alegría
 del sonido/ travieso, timbres.
Sacude el libro la cabeza, camina el patio y ríen: los ojos nuevos.

Nos fuimos. Nos vamos a lugares distintos.

Camino, la cabeza baja como para no tropezar huesitos, despacio.
Se me pone la piel de gallina.  Si patino sobre un hielo filoso
me salva la velocidad  Si abro los oídos no me salvo, o me salvo.
Se escuchan los gritos, nítidos, ira dolor palabra muda. No hablar
no hablar no hablar. Empieza a sangrar la nariz,
roja la gota salpica la mirada, los pies.

 Un tubo en la nariz.
-¿Quién sangra?-, te digo.
La nariz es un tubo rasgando el olor viejo, agrio olor
de la meada
me hago al caminar
(llegaste como un hada, decís)
qué sed adentro/afuera
¿Quién no ve quién no escucha no palpa no huele no roza no imagina no sabe?


El rabino no dijo Auschwitz. ¿La mayor de todas las imperfecciones es
el no existir?
Y es otro el chiste, el grito
resuena en curvatura, zigzagueante.
  
El grito es un cuerpo que levanto con la mano.

No pises los huesitos.
(Tu nariz)





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