lunes, 31 de octubre de 2016

GRISELDA GARCÍA (BUENOS AIRES ,1979)



Nene,¿no te basta con tu novia?

Mis amigas me habían advertido:
ya te vas a ver rodeada de hombres jóvenes
como los pájaros que sobrevuelan a San Francisco.
Ahora,las nuevas generaciones me buscan
ese momento en que no sos joven ni vieja
y ellos son curiosos,quieren saber.

Me aplaudís cuando termino de leer
decís que te gusto,que escribo bien
me presentás a tu novia,estudia Letras.
Cuando ella se va me decís un piropo.
No sé si cambiaron los códigos
o te tomaste una licencia poética.

Nene, ¿no te basta con tu novia?

Te agradezco,pero se trata de
habitar el instante,el presente
la vida son tres días y ya pasaron dos.

Las novias de esa generación
son aniñadas se viste tipo Sarah Key
busco incluirlas en las charlas pero no hay forma
tienen ojos tristes y me miran como a La Otra.

A ellos los ciega su carga vital,el ansia de poseer
no saben dar,solo pedir
pero nunca nadie les regaló nada
quieren cobrarle a todo el mundo
se tiran encima como animalitos
son,eso sí,émbolos perfectos.

Como dijo Dios,que es mujer:
veo que he creado muchos tipos
pero muy pocos hombres.


El dique

En las últimas vacaciones Papá
construyó un dique en el río.
Le llevó toda la mañana.
Cuando terminó,el sol
había bronceado su espalda.
El agua nos llegaba a los tobillos
nos metíamos en zapatillas
para que los pies no dolieran.

En ese mismo río esparcimos
sus cenizas pocos años después.

Mamá llevo flores y una botella de vino.
No había nadie ese día
solo un hombre acostado en la arena
que al ver la botella grito de satisfacción.

A Papá le hubiera gustado,pensé
y entrando al agua rompí el dique.


Ese día

Ya estoy viejo,viviendo del pasado
gloriosos peo pasado al fin.

El enfermero me dijo:
En el geriátrico hay dos tipos de viejos
el que se acuerda cuando sacó un pleno en el casino
y el que se acuerda cuando le pasó algo muy malo.

Si me aburro,miro mis fotos mentales.
En varias aparecemos juntos
no te debés acordar,pero yo sí.
Tuve una buena vida,no me privé de nada
nunca fui un personaje secundario.

Ayer un viejo se fue.Lo encontré duro
con la cara radiante vuelta hacia el sol.
Hay que entrar en la muerte
como quien entra en una fiesta.

Si un día te dicen que me fui,no te sientas mal
pensá que soy el anfitrión de la fiesta
que cansado de bailar se quedó dormido.




de Ahora,ediciones del Dock- Buenos Aires - 2016


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