El miedo habla de noche
Dicen que el miedo habla de noche
que si lo escuchas
le crecen alas,
y se convierte en el pájaro de la inquietud
Dicen que el pájaro de la inquietud
canta a los muertos
que si lo alimentas
pide por ellos
les habla en su idioma
él te ofrece su perdón, su rostro,
un huesito para gastar a escondidas.
Te exige más semillas.
Y vos,
que no tenés más aliento que la fábula del poema
su dolor, sus contracciones,
que no recobras nada de la vida
tras el sueño,
Salís a buscarle pan, resurrecciones.
algún alpiste.
Con ramitas de tu culpa le sueldas una jaula
para que no se escape.
Crees en él como en un dios
el señor que pastorea en tus entierros
y come de tu insomnio.
Le basta con que de vez en cuando
le converses,
le hagas escuchar de tus desgracias,
le subas el volumen por las noches.
Porque el miedo canta de noche,
con el idioma de los muertos
y vos,
lazarillo envuelto en la gloria de su amo,
por algo,
por algo le entiendes.
que si lo escuchas
le crecen alas,
y se convierte en el pájaro de la inquietud
Dicen que el pájaro de la inquietud
canta a los muertos
que si lo alimentas
pide por ellos
les habla en su idioma
él te ofrece su perdón, su rostro,
un huesito para gastar a escondidas.
Te exige más semillas.
Y vos,
que no tenés más aliento que la fábula del poema
su dolor, sus contracciones,
que no recobras nada de la vida
tras el sueño,
Salís a buscarle pan, resurrecciones.
algún alpiste.
Con ramitas de tu culpa le sueldas una jaula
para que no se escape.
Crees en él como en un dios
el señor que pastorea en tus entierros
y come de tu insomnio.
Le basta con que de vez en cuando
le converses,
le hagas escuchar de tus desgracias,
le subas el volumen por las noches.
Porque el miedo canta de noche,
con el idioma de los muertos
y vos,
lazarillo envuelto en la gloria de su amo,
por algo,
por algo le entiendes.
El espejo
Nacer rompe el espejo de la eternidad
lo fracciona en infinitas fatalidades
Vivir es la fatalidad
de no entrar de pie
en la parte de reflejo que nos toca
y añorar los pedazos faltantes.
lo fracciona en infinitas fatalidades
Vivir es la fatalidad
de no entrar de pie
en la parte de reflejo que nos toca
y añorar los pedazos faltantes.
Tomar una foto
Es meter un rayo en la boca del instante,
obligarlo a la inmortalidad,
insistir sobre la inexistencia.
Mirar una foto es conservar la fe del engaño,
ser su dios omnisciente y a la vez
Desposeído.
inéditos
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