La antena
Un mañana
el pueblo se hizo al día
con una sorpresa de esas
que en un pueblo
genera la inmediatez
de la noticia.
En lo más alto
de la antena de Entel
estaba el E.T.
Era una manera
de hacerle saber
a la comunidad
que nadie lo quería.
Muchos
de los tantos
curiosos de siempre
le pedían que se tire.
Espárragos
Los espárragos más tiernos
crecían a ambos lados
de un desagüe
que habitaban
desde los inicios
de la colonización
las ranas y los mosquitos.
Los buscábamos por debajo
de la sombra
de algún sauce llorador
en los veranos del setenta.
Una vez encontramos
un paquete envuelto
en papel de diario.
Estaba lleno de balas.
Ganímedes
Una tarde
en el pueblo murió el Gordo...
desde temprano
trabajó con ahínco
reparando baterías
(oficio heredado de su padre).
Dicen,
en el pueblo...
que en un último y voluntarioso esfuerzo
el Gordo
doblegó a su corazón
y en medio de estertores
primó la premura.
Caminó tres pasos...
(testarudo como siempre)
se llegó a su mesa de trabajo,
y a salvo ubicó el generador
(propiedad de un cliente que después lo reclamara).
¡El Gordo se fue a Ganímedes!...
lo atestigua mi memoria.
Tres vacante ocupamos
en uno de los viajes
por Romaniuk programados
hace ya catorce años,
el Gordo
fue quien hizo las reservas...
(siempre miró las estrellas).
Fabián Benassi,rionegrino...
y el que recuerda:
inexpresivamente reímos,
aceptamos la propuesta.
El Gordo se fue a Ganímedes...
y se olvidó de nosotros.
de,Pueblada,Ediciones en danza,Buenos Aires,2008
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