miércoles, 29 de julio de 2015

SUSANA SZWARC (QUITILIPI,CHACO,1954)



De insomnio es que doy vueltas por la casa


I

Hirvió el agua otra vez en la cocina
(Qué raro:no haber escuchado ese zzz
que avisa una temperatura perfecta)

Las hojas con tu letra comienzan a trepar
como en aquel sueño ajeno.
(Dicen que había un ángel que saltaba los escalones:
arriba,más arriba.¿En que parte del Libro está-s?)

Dije: hace viento y vuelo hacia tu letra
Leo en el éter alguna palabra,agarro otra
con la boca.¿Qué decís?¿Qué?¿A mí?


II

El viento me pasó por la ventana y mi madre
se inclina a la mesa.
Le había dicho: escribime una carta en polaco.
-¿Para quién?
-Para el investigador.
-¿Qué le digo?
-Decile que quiero saber de unos muertos.-Decile 
que quiero sabe dónde están.
-Mentile al investigador.Quiero saber y punto,
porque si ya murieron,el no va a ir a buscarlos.

Mi madre corrige mi pensamiento.¿Será ésa
la lengua materna?)
-Léeme, dale, lo que escribiste.
(No puede, cuando pasa a esa otra lengua
pasa también a otro país y sigue,deletrea.-)

III

Tres hojas escribió,las numeró uno dos tres
y esta vez el viento se quitó.Doblé en cuatro
las hojas.¿Me decís en qué libro las guardé?

Si llueve también esta noche,estaré perdida.
Querré que me digas mañana de nuevo.
 Daré más vueltas por la casa.Tu lámpara sostendrá
mi cabeza y yo reiré en la oscuridad.

¿Dónde está la mano sobre la boca,del arco
y el asiento llevado a la plaza?¿dónde la bendición
del que se iba a perder?


En la siesta

I

El calor golpea,me toca el cuerpo
y la presión sube,me sube y yo
desde arriba de alguna cosa,
miro la pequeñez
de la Historia.¿Con cuántas manos
se cuenta la insistencia de la crueldad?
Destila. (La bondad también.)

Sobre el suelo de la cocina,
 como en una isla,
alguien duerme sobre el mosaico.
El aire encendido
hace que manotee,
se cubra con el mantel.

En el camino,los sombreros anchos
cubren rastros de albañiles (por suerte
hoy/hay/trabajo).

Después,ni una mosca.

II

Descendida,entro
al Mariscal que,a esta hora,está
vacío. Igual La música
de la tele
a todo lo que da.

Se abre mi boca,pediría café pero dice:
¿estudiás? La moza,de 17,no
tengo tiempo,ríe.
No puedo cerrar mi boca,que no
calla :¿ganás mucho?,¿tenés campos
 de soja?Ríe más y tampoco.

Deliberan mis pensamientos:¿acaso
la soja destierra el libro? Imágenes
de los desmontes asaltan mi vista.

El pocillo sobre la mesa y el diario
donde leo : en Arkansas,la víspera
de Nochebuena,millones de mirlos
de alas rojas,han muerto.

Conectada a la netbook,te escribo:
no eran la ballena que laYourcenar defendía
ni las trece maneras de contemplar al mirlo.

Haití. (Haití desolada).
Aquí, en la siesta, las nubes no tapan
el calor.¿Habrá pronto en la escuela
agua potable?

Por esta vez
no me desdigo.

Juana,volvé.
¿Qué?
Volvé a estudiar.
Ahora mismo
podríamos preparar
una materia.


Ir y venir


Viene el hombre que me trae la comida
(me gusta pedirla,me gusta abrir el papel
en que la envuelven y dejarla enfriar.
Es otra mujer la que cocina y dos hombres
la reparten por las casas).

Pero este sábado
él me pregunta:¿qué hacés en tus clases?,
quiero leer la poesía de ahora y no entiendo,
me dice.

Entonces lo hago pasar.
Busco los anteojos,busco el cenicero,
y abro a Juárroz primero
y abro a Gianuzzi después.
Me gusta abrirlos así,al azar,en alguna página,
ver cómo saltan las letras.

Café y manzanas leo,mientras la comida
que me trajo este hombre
se enfría más sobre la mesa.

Nos enredamos en esa música ajena
que se nos hace propia y los ojos
del hombre que me trae la comida
se llenan de lágrimas.Entiendo,me dice,
eso que no entiendo,

¿Y Borges? Pregunta,¿creés que podré
con él? Le acerco un pañuelo
de papel y se seca las lágrimas.

Antes de irse él vuelve a preguntar:¿entonces
me hicieron creer que no entiendo?

No entendemos
y ni falta que nos hace.Basta con llevar
             esas frases a la boca.

El hombre que me trae la comida se va.
Yo saboreo lenta los trocitos.


de El ojo de Celan. Alción Editora. Córdoba .2014

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