Oración a Karl Marx
El caso es que no puedo ni más empobrecerme ni
con mis contradicciones: no voy esta vez a pedir
dejar de padecer la plusvalía esta de cada día ni
evitar enajenarme, así en lo real como en la
consciencia; sin ir más lejos “trabajo”, siendo
apenas un número “que les dean trabajo”, hoy
dijo el 054, denunciando la naturaleza exclusiva
del acceso a la lengua (ácido de la ría hizo la
zona industrial, y malformación en los peces:
dejaron el agua y tomaron el fuego los pescadores
artesanales: barcos enormes, de enormes capitales
capturan la fauna con métodos de avanzada allá
en altamar) El qué de mis palabras es como rechazo
abrir de un tajo incluso más vacío que el lenguaje
un espacio irrevocable entre esta escena que hoy
habito y la alta clase, para, en lo moral como en lo
político, sentirme liberado de esta dinámica económica:
lo que antes camino y vista al paisaje, ahora enrejado
y cientos de containers más control de prefectura (ni
gaviotas en el cielo ni cañas en muelle: manchas
industriales oscuras y feroces flotan sobre el agua
como aquellos que a lo lejos conquistan la marea
sometiendo a los peces y a las lanchas en el puerto).
Un filo decisivo honestamente es lo que busco, tanto
en lo real como en lo simbólico, contra esta salvaje
maquinaria que asesina: un abismo irreductible entre
mi historia personal y la alta sociedad
Soler 618
A juzgar por prejuicio o por mandatos establecidos
hubiera jurado eras analista, secretaria, mujer de
empresario, corredora de bolsa, doctora; sin embargo
evidenciando tu no ser de la ciudad, o bien poéticamente
embelleciendo la culpa, la vergüenza, soles a lo último
dijiste, porque hubiera semejado, en tu voz, al estruendo
del trueno o la ráfaga de rayo Ballantines night club, Jac-
queline: estás quebrada. Porque nadie va a pensar qué pasó
por tu corazón para que volvieras mercado tu cuerpo ni qué
cuando la no correspondencia entre forma y fondo quedó des-
cubierta, y devino la mujer que ahora te habita: estás social-
mente quebrada, Jacqueline. Ninguno va a escuchar que estabas
cansada de la espera en hospitales públicos, urgida por el ácido
en la sangre, que sólo querías cobertura social y mantel dignos
que el sacrificio está destinado también a la cirugía en Chile
y a tu tan necesaria luna, blanca, en polvo sobre la mesa
El lenguaje animal
Sin el mínimo esfuerzo por aplicar como
principio lingüístico la cooperación, bajo
los fines de arribar con los naturales al
tan necesario diálogo entre los hombres
se da a la tarea, sí, la fuerza civilizadora
de imponer la gramática de las armas, la
sintaxis del rédito económico, sin reparos
ante la lengua salvaje: estas noticias por
la tarde, la Historia crítica en las manos
de la plusvalía, hasta que dos en el árbol
la lengua estallan de los pájaros: al graznido
de uno, otro responde: doble el primero
simple el segundo: eran cualquiera diría
míseros chillidos de una tarde común:
el disminuido, sin embargo, a la lógica de
mercado en los intervalos podría advertir
regularidades diversas de silencio, así como
diferencias sustanciales en cada canto: “hembra-
macho”, podríamos concluir, pero: también
con el oído puede la historia ser leída
de A-letheia,Trilce Ediciones,México,D.F,2011
Me gusta mucho como escribe Uranga. No se parece a nada de lo que yo he leído o acostumbro leer. Los 2 primeros poemas, sencillamente, me emocionaron.
ResponderEliminarSaludos Alejandro, un gusto pasar por acá.