DÍAS OÍDOS
Mirás por la ventana.
¿Mirás hacia el pasado
o hacia la calle?
Las olas
del pasado vuelven a vestirte
de ceniza. Juegan,
juegan con vos.
Fantasmas que dan vueltas,
que tuercen las palabras,
en silencio,silencio
por todas partes.
Y una vez más
no sabés si ese silencio
viene del pasado
o del mundo.Porque
el silencio del mundo es el grito
del mundo.
Y volvés a esperar,bajo
ese sol,tocando,
levemente,
nuestros cuerpos desnudos,
otras,otras palabras
del mundo.
Andás.Mirás todos esos caminos
abiertos en tu mente.
Te gustaría
que la luz dorando el aire
nos dejara,
de algún modo,
su esperanza escrita
sobre la frente.
Un hombre solo entristece la calle,
la ciudad.Otro hombre
que desde aquí
no se ve,canta,
canta en plena noche
hasta encender una luna detrás
de un montón de casas.
Son un montón de casa frente a la luna.
Una luna suave
y unas casas tan cercanas a la Tierra
del Viento.
Dulcemente los árboles
cargados de verdes hojas
contemplan los autos semivacíos,
las calles mojadas donde
querés
quizás querés recordar
tu rostro en la dicha
de la luz...
y dejar que pase sobre el cielo...
mientras estamos desiertos...
Mirás
la boca pintada de la nube
de julio,inmensa,
junto al espejo de frío.
Querés hundir el rostros en un claro
de nubes,quizás
querés recordarte desde una lejana
altura...
Y pensás,estás pensando
que es el momento de entrar
en las cosas más pequeñas
que viven en el aire humano
y no humano que nos unifica
y nos sostiene
como un suspiro.
Sí,debería
deshacerse el humo
del estúpido orgullo
como permanentemente,
en el verde
de su abundancia se desvanece
el presente,
el presente
que desgarrar las nubes que alto
retienen el rostro de las pequeñas cosas,
y te asomás al cielo
que lanza el deseo donde vivís
supremamente
el presente,delicia
de encendernos en un viento
cargado de voces
cargado de risas.
Como un suspiro
de la tierra,respirás,
respiras sentado
en tu cielo.
¿Rercordás?
Un silencio descansa
en tu cuerpo,que ayer
o antes de ayer casi confundías
con la primavera.
Sí,alejáte
del presente
cuando es un día
de brillantes miedos.
Como un suspiro de la tierra
la boca pintada de la luna
ahora te llega
a la sangre,
y siempre,y sin cesar
caminás,caminás por el mundo
inalcanzable...
Pero ¿cómo podés caminar
aquí
con tantas cosas
arriba
ahí
sobre la superficie,cómo
podés caminar
si hay un mar
de melancolía debajo
de la superficie?
¿Y más
mirás?
Y mirás el tiempo, mirás su lastimosa
sensación de soledad.
Lo mirás todo, ahora que te has vuelto,
aquí,a conversar con amigos,rodeados
de gestos,de queridas palabras.
Pero algo te atormenta,
y de ninguna manera podés dejar
de preguntar.
¿También estoy yo
detrás del grito que sobre mí
se desploma?
¿Soy yo o es el mundo?
El agua que llora en interminables túneles.
de En el barco de la noche.ediciones delanada,Santa Fe,2002
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