lunes, 8 de febrero de 2010

RAFAEL FELIPE OTERIÑO (LA PLATA,1945 )




ESTA LEY


Cuando no se puede ir más bajo se comienza a subir :
pregúntaselo al madero después del naufragio,
pregúntaselo al nadador en la corriente,
pregúntaselo al ahogado;
pregúntaselo a la ballena en la mirada de Starbuck,
pregúntaselo a Dante en las tinieblas,
pregúntaselo a Virgilio;
pregúntaselo a la moneda en el lecho del río:parece mirar,
pregúntaselo al arquero que frente al blanco cierra los
              ojos
al guardafaros,al guardavías,al centinela de la torre,
a los que atraviesan la noche negra con el rostro despavorido;
pregúntaselo a los que sueñan y no pueden despertar,
a los que empujan en el desierto una piedra enorme,
al suicida,al miedoso,al temerario,
a los que llegan a la tierra de nadie
y encuentran que en verdad no hay nadie;
                                                            pregúntales,
porque  hubo un día en que ellos tocaron fondo;
ellos plantaron un árbol y lo vieron desmoronarse,
ellos buscaron el sol y lo hallaron caído,
ellos cerraron los ojos y volvieron sobre sus pasos,
ellos se lastimaron un hombro,
ellos vieron leviatanes ensuciando su saco y su almohada,
ellos fueron más lejos:
vieron la rosa desprenderse del tallo;
                                                   pregúntales,
porque conocieron primero esta ley de la gravedad a la
                levedad
y ahora son libres.


UNA PALABRA



Para decir:piedra,
pez,viento,paloma,
tuve que vivir.
Para nombrar a un barco,
para decir:estela,
horizonte de mar,bahía,
tuve que vivir.
Para virar,
para guiarme por las estrellas,
para seguir un rumbo fijo,
tuve que vivir.
Para señalar el Norte,
para enviar un mensaje
-hermosos días,hermosas noches-
para esperar respuesta
para saber esperarla,
tuve que vivir.
Para decir caballo:mi caballo.

Todo debió pasar
por mis pies,por mis manos,
tocarme,golpearme,
penetrar mi piel
como el lento acoso de una fiera.

Para afirmar:"-este es el aire
y el fuego",
"-esto lo líquido y lo sólido",
y que aire,fuego,
líquido,
sólido,
desnudaran su corazón de medusa,
su confundido aroma,
tuve que vivir.
Más allá de todas las tentaciones,
por encima de todas
las preguntas
tuve que vivir.

Para decir una palabra,
para decir una sola
palabra,
la primera palabra 
y la última,
para que naciera esa palabra,
tuve que vivir.


LA CUOTA DE NADA


No se debería abandonar una ciudad:
se llena de fantasmas.
Los que estaban y no se dejaban ver.
Los que llegaron luego.
Los que se aprestan para vivir.

Las calles se cubren de un musgo espeso
que tú,que allí has vivido,
no deberías ver.
La mano traza figuras cada vez más débiles
en los muros.

Es como ver lágrimas.
Algo que acaba por caer,
pero penetra muy hondo y allí se queda.
A esa partida,algunos le llaman suerte,
otros,destino.

No deberías decir:yo no soy ése.
No deberías decirlo.
Volver,si puedes,cuando amenacen quitarte
la parte que llevas dentro.
La cuota de nada que te pertenece.

de,Lengua madre, poemas (1990-1995),Nuevo hacer,Grupo Editor Latinoamericano,Buenos Aires,1995

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