Lluvia
La lluvia
se
desviste frente
a mi puerta.
Me presenta sus dientes
transparentes,
sus zapatos mordidos
por donde se cuela
el invierno...
(de La búsqueda incesante,1970)
Muerte de Juliana Díaz
para Alfredo Llusá
Imagino aquel atardecer tan lento.
"No sólo en el Sur
emigran las gaviotas."
Más que lento ardía el sangre el atardecer que te
relato.
Se quebró doña Juliana.Noventa años sostenidos por
su trenza
nocturna,pero no tuvo diente para toda la estatura
nuestra
de infantes,por entonces.
Una sola vela en el velorio.
¿Y los higos que no me dio?
¿Y ese pañuelo negro
como un ala de cuervo por volar?
¡Una sola vela,hermanos!
El pueblo es moneda chata,caldero hirviendo
en plena siesta.
Me acuerdo de su muerte.
Nos acordamos de aquella vela
ínfima,torpe en el claror infernal de aquel verano.
Pero ¿recordamos su vida?
¿Alguna vez te importó su paso de mimbre vencido
por el pueblo?
"El manto ala de cuervo
ala de cuervo por volar"
Y ella viviendo(¿viviendo?) a mate amargo y a galleta
Doña Juliana Díaz,más vieja que la muerte instalada
en el ruedo
de su vestido sin color.
Pasó tan sufrida por este mundo,que no sé,
si supo,que toda así de negro,se metió en sombra
más negra
(de olvido)
aún.
¿De qué le valió no darme higos,pelear tanto ante la
muerte
hacerla retroceder noventa veces,y diluirse luego,
así
de negro para siempre?
1976,Otoño,de Crónica gringa
de El pan en llamas (Antología),Editorial Ciudad Gótica,Rosario,2011
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