valijas
Nos dejan dormir,
dan pasos silenciosos
a nuestro alrededor
preparando las valijas,
el trabajoso inicio
de un viaje familiar
o el regreso
después de haber cumplido.
Una vez más se levantaron sin dudar
y ahora mueven cosas en plena madrugada.
El diálogo incesante
amortiguado se detiene
cada tanto en un acuerdo,
corren un cierre traban
las presillas.
No pueden evitar
que se oiga el ruido
del nylon con que envuelven
frascos y zapatos
para que el resto
del equipaje no se ensucie.
Uno de nosotros se queja
y se da vuelta
ovillándose en el sueño,
pero enseguida
una voz dice
dormí
es temprano todavía.
insomnio
Soy yo la que no duerme
no sé
dónde poner los brazos
ni cómo respirar.
Camino hasta la puerta,
escucho como cruje
la casa en el crepúsculo.
Quiero saber si ya se levantaron
si descubrieron en medio de la noche
el accidente,si ocurrió
si tengo alguna culpa.
Oigo una puerta,
la llave de luz o una hornalla
que se enciende
antes del día.
será mi padre
que no duerme de tan triste,
prepara alguna cosa
y la toma
bajo la luz amarillenta.
Pero salgo
y no encuentro a nadie
que se mueva,
esa luz en la casa
es la mañana.
mi casa
Otra vez
la misma observación,
llegan
se sientan frente al vaso
y descubren
que no hay cuadros
en las paredes de esta casa,
la vergüenza
de que lleve tanto tiempo
recomponer la vida.
Hasta vos
en tu última visita.
Sólo nos quedaba
mirar la pared desde la cama
y preguntaste por qué
esa pared vacía
por qué
-el verbo en singular-
no podés colgar un cuadro.
de,Viajar de noche,Editorial Limón,Neuquén,2007
Una sola palabra:inmaculados!
ResponderEliminarsaludos!