LAS HADAS ROBAN LO QUE TRAJE
Hace 6 años
Tanto si conjuga futura una dura herradura, una dura herradumbre de que como certidumbre, tanto despótico o tirano, sea la forma de un ano que ovilla todo Estado en su gavilla. Tanta manija dan los que funcionan funcionarios de las desdichas,tantas dichas dijeron los que comieron de ese engrudo que embicha .Un estado organiza en cada órgano tantas desdichas, tantos dichos, sus bichos agujeros son los hueros parejeros de parlamentarias justicias. Tantos dichos escuchados y aparejados en la espera desesperanzada.Tantos,pero tantos,que no suman. Tanta espuma de dichos,tanto seducen con palabras que en una de esas, en una de esas que van y vienen uno se atiene, uno se atiende en cada tenderal. Uno en cada cantera no sabe, trata los destratos en una suma incompleta para repletar sus tretas y sotretas. El que manda demanda,el que manda atrapa en la trampa con sólo dichos, con solas dichas. Trampea cada consuela, cada desvelo, a cada cual que tormenta para tener la siguiente vez la oportuna de su fortuna, la de tener para decir algo.Y este viejo sotreta se engancha en su cancha, en su roña se ensancha por cada consola de su suelo, tanto se enganchó que escuchó proferir ,escuchó un mudo, un silencio bisbeado que era mejor no estar aislado. Escuchó un suelo de su desconsuelo, un pesar de sus medidas,escuchó con pesar un mandato soso y procaz de que era mejor no estar solo, de que a lo mejor buscar alguien agita también, tan bien una dicha. Un estado es mejor no escuchado que pregonar sutura la trampera de sus luchas. Con que cuerda concuerda el viejo sotreta sus soledad poblada y masca la aplanada demanda. Qué revancha se podría tomar si ya expande su pelambre para alguien que se cuele su anidar. Buscar alguien era una afrenta,una fuerza a convenir en su ejercer, en su fin.La mandada se apropia apoyada en la costura de la dura pausa de un pasado que exonera, canchea la ensanchada carretera.Y de tanto valorar su soledad encontró su porfía, encontró cuando menos lo esperaba, encontró su demolición, otra más de tantas, de tantos la suma se resuelve mimando un deseo rebelde. Se jugaba tanto en ese deseo atroz, se jugaba la siempre jugada, la misma tirada entre querer y dominar su fortuna. Se jugaba y bastaban sus desvelos y sus velos que tanto guardaban sus dichas. Y digo dichas por decir que para aparejar, para seguir y para que sigan hace falta apalabrar, hacen falta credos desdichos.
Un Estado captura por despótico,por cada emperador asumido en su nido como Tuerto visionario de sus descuidos, como Mago que liga las vigas de sus conjuros predicho. Un Estado empareja cada injusta reja de su ley perpleja. Un rey cuya servidumbre se hace reciedumbre de sus propias quejas. Un rey jurista que que banca la banca de cada terruño adherido a su nido de tiempo indefinido. Somos inocentes, grita la gente, somos inocente gritan, hoy que abunda la errabunda perversión herida. La moneda que impuesta siempre enhiesta es la que obliga, la que acredita, la que con fianzas da finanzas para organizar sus retóricos descansos. El viejo que se había hecho un trecho,una tregua adusta,de unos gustos porfíos. Pero un Estado manda siempre a ser la hacienda adherida a sus heridas por convencer.Si hay motivo sincero para escribir,uno no,uno no debería contar nada para saciar, uno canta estirando la piel lo más cerca posible , lo más cerca audible. Entre lo crudo y acertado hay actos fallidos: un viejito que por las noches va a la cama con su pan diario, en pantuflas, uno sabe, uno es un espacio diario que siente como afluente repetir lo rodeado en un momento en lugares que dan lo mismo. Quedan en su máximo punto una vida, queda decir de ida y vuelta apuntar las comedias. Queda ir de aquí para allá en el empeño de enredar un transcurso. Lo que dura tortura a la larga o a la corta por vivir y trabajar en estos detestables siglos. Si glosar la testa uno detesta, uno sabe/uno desea dicen algunos versos que en cualquier lengua plena y sonajera inclina lo propio y ajena. Hay en ambos quedos un amor propio y ajeno, hay, aunque los de afuera insistan, en intimar un destete o detestar. Hay los que afuera dirán "¡Hurra por respirar"!. Hallar fornas a través de un ella,de una mujer que en vida,envido y embebido presencia la seducción tantas veces evocada. Cada uno a sí mismo se habla o se canta. Dice los espléndidos amaneceres de un cansancio o atempera cositas pequeñas de alegrías, que monda puestas en espiral, presentan los conciertos ciertos y abiertos por delante de sus tremendos y sendos arpegios parejeros y sonajeros.