jueves, 23 de agosto de 2012

IRENE GRUSS (BUENOS AIRES,1950)




I

Le hablo a la pared.
hay quien escribe poemas
en un muro y luego se despide, tira
la carbonilla a un lado.
Lo mío es hablarle siempre a la pared,
antes de que la derrumbe un fuego
o el tiempo simple.

Ah,ilusa,
empecinada en atender lo que calla,
lo que dice.


III

Si no estuviera, no sabría que cosa decir.
Rebota el intento :
"No mires lo que ves".
Si no estuviera allí,
no sabría.
Disciplina:insiste,
hablo a la pared.


IV

Corres hacia la orilla,
lo que pensabas o tan simplemente veías
como mar
no era.
"El mar es una pared",
dices.



de La pared, Editorial Nudista, Córdoba, 2011

EUGENIO MANDRINI (BUENOS AIRES,1936)





Apuntes


El que ve claro en lo oscuro;y el que ve oscuro lo claro y persiste en lo oscuro.
El que dijo adiós y vuelve;y el que dijo no haber dicho adiós y volvió sin haberse ido.
El ciego que proclama ser el único visitante del lado oscuro de la luna,donde todo es tan blanco que ciega;y el otro, que ante un espejo aguarda un corte de sombra o el bienvenido gris.
El perro que traicionó a su especie y aulla al sol.
El que busca una mujer cuyo sexo sea una rosa que perfume cada segundo de la única y última hora;y el que busca un oasis en el sexo de una mujer aunque sepa que el oasis y el sexo y la mujer y el deseo son un solo espejismo;y el que busca una mujer cuyo sexo sea como el infierno de todos los días,helado casi siempre,abrasador a veces,nunca tibio,pero lo esencial es que aparezca todos los días;y el que busca una mujer, sólo eso.
El que tiene cara de ateo y es un ángel que esconde las plumas para no ser enjaulado como un pájaro rabioso.
El que no tienen ni agua de lluvia para apagar su hoguera,ni fósforo para avivarla.
El que ve pasar el mundo a través de la ventana de un bar,ve pasar a los vivos,a los muertos y a los aún por nacer, pero él no está, oh él no está.
El buscador de tesoros que hunde las manos en el misterioso Yukón de los deshechos.
El incorruptible que ya viejo, pregunta: - Espejito,espejito,¿quién fue el más imbécil de estos tiempos?
El que ya no sueña porque ciertos sueños duelen como taparse con una sábana de hormigas;y el que sueña en exceso y sigue de largo en pos de la salvación y se extravía y ya no vuelve.
La que da todo en la oscuridad porque la vieja fisgona de la luz revela más que los espejos las grietas de la desnudez.
La que sabe que está el mar en las olas del caldo de la olla, pero no sabe si ese viaje terminará en un nuevo continente o en un naufragio más.
El que solo piensa en huir de su mujer ,estar en otro país, en otra era, en otra historia,o ser liviano como suspiro de pluma y que el viento sople.
La que solo piensa en huir del que bufa encima de ella,huir tan lejos como hasta no haber nacido,o al menos que no llueva, oh Dios, porque si llueve el bufido se tornará melancólico y es de espanto sufrir, a la vez, piedad y odio.
El pequeño ladrón que huye por los techos para estar cerca de los pájaros y en el próximo salto volar; y el viejo policía que no se atreve a matar a un pájaro sin cielo, pero cuando finalmente dispara grita una pluma allá y en seguida llueven otras.
El que escribió un libro, hizo un hijo y plantó un árbol, pero el agua de los días desdibujó las letras del libro, y una noche el hijo vio a la virgen desnuda y se dio a la locura,y el árbol está ahora habitado por los cuervos hacedores de ceguera.
El poeta desorbitado que busca encontrarle una amante a Dios y saber si sus gritos sonarán con voz de soprano o de bajo cavernoso cuando ella lo engañe con el menos azul de los ángeles y el más parecido al gallo que canta al anochecer.
Apuntes ,solo apuntes del que escribe todo esto ahora que es de noche, y llueve, y el vaso está volcado, y la soledad pregunta a la memoria por qué es todo tan dramático para mí,y la memoria responde :
-Porque la vida,hecha de aire,penetra como alud en las bocas sorprendidas;aunque también podría ser por falta de un relámpago en la sábana.



de Conejos en la nieve, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2009

JOSÉ MORALES (PARANÁ ,PROVINCIA DE ENTRE RÍOS,1982)





Masas visibles de cristales de nieve…



masas visibles de cristales de nieve
sobre la nueva temporada de amor
vos tomas a tus tíos y abuelos ricos,
-ellos también mueren en primavera-
los maquillas,
prendes los botones de sus camisas
la gente se cocina en sus estanques
la tele siempre prendida porque sí
yo te digo que estoy loco por vos
y quemándonos los pies en el asfalto
buscamos un cacho de sombra
un cuarto de pasto alto y fresco

 




Baltimore al amanecer



sobre el puerto
la atmósfera de Baltimore al amanecer
la fuerte circulación y un letrero de neón
todavía no despuntado el día
indicando el cambio de hora
-excepto algunos árboles lejanos-
somos objetos perdidos en Maryland


 

El tejido de la noche…


el tejido de la noche
los alambres de las barbas
el broche para el pelo
las curvas de humo

estamos enamorados
de lo que nos sucede
cuando bajamos un rato
las persianas del tiempo
en los Ámsterdam sin fin

celebrando
distancias perfectas
bajo el blanco de la luz




de  Bombucha Season


domingo, 5 de agosto de 2012

JORGE SANTKOVSKY (BAHÍA BLANCA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES,1957)



Rostro


Durante años
el espejo ha robado mi rostro.

No lo culpo,
sin duda
yo soy el responsable.

Quizás la economía del universo
necesite esos rostros cansado,
sin destino.

Quizás eche de menos al mío.

A menudo
esquivaba el espejo.

No esperaba la dicha del reencuentro.

Cerraba mis ojos robados,
me ausentaba.



Cesa



A veces el dolor cesa.
Las poderosas razones que nos golpean
nos dejan en paz.
Es el momento más difícil
tenemos que parar.

A veces,
si el dolor cesa,
otro dolor quiere hablar.

Conviene conversar con él.

De otro modo
nos perdemos los detalles.


Ajena

A veces vivís una vida ajena,
un minuto quizás
o diez años, que más da.

Sentís un escozor, un relámpago,
pero te sumergís igual.

Lentamente vas perdiendo peso,
de un modo tenue
te vas entregando
te vas pareciendo.

Hace falta un duro golpe,
la cercanía del abismo.

Cuando ya somos una fruta marchita
se nos da una oportunidad.

Hace mucho frío,
es la última oportunidad.


de Revelaciones, Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2010