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XXXIII
No quedarán culpas,
apenas una erosión de la ceniza.
Un día entraremos juntos
en el súbito ahogo de la muerte
entre cosas conocidas y extrañas.
Será un día de bruma
como todos los días
con la turbación del miedo y
la pesadumbre del vacío.
Cesará entonces la niebla,
y la luz de abril que produjo frutos luminosos
no tendrá noticias de la pena.
de Ventanas altas , Editorial Argos, Córdoba, 2018