miércoles, 30 de enero de 2013

GERMÁN KRAMER (BUENOS AIRES,1968)



panorámica


como para otros Maradona,
Perón,
para mí Hitler era como de la familia.
mi madre corría a descolgar la foto del führer
antes de que llegaran las visitas.
mi padre se ponía verde,
y delante de todos,
siempre
se tenía que remitir a Hitler
y a toda la maquinaria de propaganda nazi
para hablar de Videla,
rompiendo todos los lazos de parentesco.


43/70

cuando quería acuchillar a mi madre
y yo lograba embocarlo con alguna piña
y salir corriendo
tenía que pasar toda la noche arriba del techo
por miedo a que quisiera vengarse.
cuando se rompía algún vaso
era que se había dormido sobre la mesa;
entonces mi madre me tiraba una frazada.
al otro día no se acordaba de nada.
primero mi abuela,después  mi madre
le zurcían los agujeros
que hacía al gatillar sin sacar
la pistola del bolsillo.
tenía un jeep.
yo aprendí a manejar yendo a buscar el jeep
que se olvidaba a la vuelta del bar :
decía que se lo habían robado
y se pasaba toda la noche buscándolo en taxi.
o bien se tiraba a dormir
y cuando se levantaba no se acordaba de nada.
siempre lo dejaba a la vuelta del bar;
todos los días quilombo.
a veces traía otro despertador
o un equipo de audio nuevo
para reemplazar el que había roto contra
la pared la noche anterior 
en plena euforia.
yo escuchaba radio Colonia 
y no le gustaba y volvía a romperlo.
con alcohol armó una casa
una familia
una empresa
hasta una guerra,
y perdió todo.
tarde mi madre se acordó de hacer las valijas.
le prendió fuego a la casa que había construido
con sus manos,desde los cimientos hasta la
última teja.
toda su obra a la mierda.


..............


en el velorio me comí un sandwich
y saludaba a la gente con la boca llena.
Juan no entendía cómo no me importaba.
me importa pero a mi manera.
tengo la piel gruesa,
mirá.
un día vuelve Marco después de 15 años de vivir
en Italia
y me dice que mi padre fumaba 43/70.
¿cómo carajo pudo acordarse?
esas son cosas que me emocionan.


fragmentos de mi padre era un oficial nazi ,Ediciones Semilla , Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, 2009

domingo, 27 de enero de 2013

PEDRO SALVADOR ALE (SAN SALVADOR DE JUJUY,1954)



Del país donde la vía láctea cabe en una botella  (Fragmento)



I

Hallas la claridad inmortal en el segundo del alba
cuando viajas a traer los días ensartados igual
que los peces en la mano de un adolescente :
sarta de sardinas en una rama verde aún del otoño.

III

El afilador de cuchillos tiene en su mirada
el paisaje de otra historia
su rostro parece una nube de sueño
su piedra milenaria saca chispas que vuelan
al corazón  del vagabundo de los perros
y los pájaros : la piedra rueda sobre un pedal
roto y el afilador muestra las incrustaciones
en sus manos (las cicatrices de siglos de
combate).

IV

El verano usa ganzúas. Abre la voz del río
que se devoró a los jóvenes que ama y contiene
en el fondo verde : ese lecho con mortaja de
arena y sardinas. El puente de un barrio
hacia otro conserva sus pilares  esos troncos
que astilló la creciente con hachazos limpios
en años de tormenta.
Los mendigos al lado del rosal y los sauces
calientan en tarros movil oil su sopa.
El amor es una ganzúa que abre las piernas más
frutales. Espectros de jóvenes en las noches
claras hablan con los pescadores a través de los
rezos que no les llegan : lo dicen en el viento
enlutados con luna, bajo los eucaliptos donde
se besaron y creyeron en el mundo.

VIII

La rueda del afilador tiene el movimiento
de la tierra,por lo tanto surca a la luz
del mediodía el país de los desposeídos
y se pueden mirar los delgados filos
no beben el jugo de la papa o la lechuga
o cualquier fruto pasando por el pan tibio.

XX

El afilador de cuchillos desentierra
con una pala de luna
los huesitos amarillos de los cuentos.



estos fragmentos corresponden a El alucinante viaje del afilador de cuchillos (1986) según la versión que aparece en Los reinos del relámpago - Antología (1973/2003) Alción Editora - Córdoba - 2004





viernes, 18 de enero de 2013

LUIS EDUARDO ALONSO (BUENOS AIRES 1951-2002)



Comedor estudiantil

hay fotos de una velas hinchadas de sueño en el mar de este diario
imágenes donde la angustia del horizonte era más fuerte que nuestra juventud
fotos sin ninguna desesperación
pero hay fotos donde no hacían mención si nos mataban o estábamos heridos
retratos de hombres serios como una espada,de los días aciagos
Los muchachos insultan ese rostro pero al fin terminan riendo entre los pájaros
se marchan internándose en un horizonte que los oculta y olvida
sólo yo continuo mirando la foto del dictador
miro lentamente y vuelve
a temblarme la mano con que he escrito su nombre en los muros.


Mariposas


yo,este animal que ha perdido su pelea,
digo que así como el vuelo de una mariposa perdida en el Pacífico
puede desencadenar un mes de lluvias y tormentas en el Río de la Plata
y arruinar mis vacaciones merecidas llenas de doradas bikinis
también ese oscuro poema que brilla en el cajón de tu escritorio podría cambiar el mundo
No te desanimes,Luis
detrás de cada mariposa hay otra oportunidad
otros mundo como debajo del vestido de esa mujer que pasa


según las versiones que aparecen en Los poetas de Mascaró, Ediciones Desde la gente, Buenos Aires, 2012



lunes, 14 de enero de 2013

HORACIO PRELER (LA PLATA,PCIA DE BUENOS AIRES,1929)



V

Ahora vivimos otras vidas,
la nuestra ha terminado como termina un cuento.
El recuerdo se sitúa
en el velo desteñido del pasado
y hurgamos en la soledad
para encontrar refugio.
Entonces las palabras descienden hacia lo oscuro.
pero allí no hay nada.




VII

Algunas veces en el teléfono dicen que he muerto.
En el silencio adopto el cuerpo que encontré
agujereado en la última vértebra.
después llegó el olvido
y la sangre contrahecha arrasó con la culpa.
El árbol ha florecido otra vez
y en las mañanas,
con los ojos sacudiendo el asombro,
he visto colgando de un árbol
todo lo que soñaba.


XV

Siempre hay que secar el patio
después que llueve.
No importa que luego
llueva otra vez,
no importa que una tormenta
destruya nuestros bienes
y que la angustia
nos roa desde adentro,
o nuestras fuerzas
ya no sean las mismas.
Siempre hay que secar el patio
después que llueve.


de La vida se interroga,Ediciones al margen,La Plata,Provincia de Buenos Aires,2012